En medio de la vorágine de miedo, angustia, incertidumbre y cuarentena que se vive por estos días, decidí (y, ojo, aquí el verbo decidir es importantísimo) varias cosas: (1) cada día voy a prestar atención a aquello que me emociona, (2) solo voy a leer las noticias una vez al día, y (3) en los grupos de WhatsApp solo voy a compartir cosas charras, bonitas o positivas.
Estas decisiones han sido fundamentales para enfocar mi mente en cosas que me alimenten la alegría, la gratitud, el disfrute y la esperanza, y por eso se las quiero compartir. Además, realizar este ejercicio me ha abierto las puertas a reflexiones que, en el ritmo acelerado del día a día de la ‘normalidad’, casi nunca tengo el placer de hacer.
Por eso, quiero compartirles un decálogo que construí, no con el fin de dármelas de gurú de autoayuda o de minimizar la seriedad de lo que está pasando, sino con el ánimo de que -a lo mejor- esto ayude a alguien a vivir más tranquilamente esta situación.
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¡Salud y cuidado para todos!
Por: Rosana Arizmendi Mejía