Dos días después de celebrarse el Día del Periodista en Colombia, dos figuras de reconocimiento nacional protagonizaron un escándalo replicado como pocos en otros medios y en redes sociales. ¿Por qué nos apasionan tanto estos momentos?
Debo confesar que hacía muchos años no veía un interés tan prominente por los medios de comunicación masivos en Colombia. Acababa de llegar de unas cortas vacaciones y las únicas noticias importantes que pude ver de mi país tenían que ver con una pelea entre los periodistas Vicky Dávila y Hassam Nassar. ¿Las razones? Un mal uso de los recursos públicos por parte de la primera dama de la nación, María Juliana Ruiz.
Entre los puntos que más me sorprendieron estuvo que el evidente peculado pasara desapercibido para enfocarnos más en los periodistas. Que semejante pelea se convirtiera en un hecho noticioso, sin dejar de considerar el oficio del periodismo como un ejercicio de opinión pública. Y la carencia en reflexiones sobre este este episodio en la academia y los mismos medios.
Dicen que el periodismo se está muriendo. No lo creo, sigue vigente y tan necesario como un plato de comida. Pero, en cambio, a veces sí tiendo a pensar que se suicida. Que la noticia sean los periodistas y no el hecho, nos lleva a pensar en un oficio que durante años se cargó de ego y de protagonismo y que olvidó una hermosa palabra: la humildad. El episodio nos lleva a otras preguntas: ¿qué sucede cuando los periodistas transitamos entre el ejercicio político y el periodístico? ¿Debemos replantear esa máxima que indica que todo periodista es un sujeto de opinión pública? ¿Estamos aportando como profesionales a la construcción de un diálogo democrático? ¿Son la rebeldía y la beligerancia caminos válidos para seguir ejerciendo un tan noble oficio? ¿Debe la academia generar otras formaciones más reflexivas e innovadoras en torno al oficio? ¿Qué responsabilidad tienen las audiencias?
La última pregunta me inquieta bastante, pues además del conocimiento de la que puedo calificar como bochornosa información, también me sorprendo que la famosa pelea se convirtió en trending topic de Twitter y que como reflejo del mismo comportamiento viral, fue la noticia más leída de los medios de comunicación que decidieron publicarla. Además, que el tema ascendió a stickers de WhatsApp y que incluso amigas y amigos que dicen que no ven noticias, ese día estaban tan enterados del tema como para dar una cátedra.
¿Por qué nos apasiona tanto esta clase de periodismo? Estoy en contra de todos los que dicen que el periodismo muere. Basta con revisar proyectos y medios innovadores como Cerosetenta, La liga contra el silencio, Mutante y clásicos como La Silla Vacía y La Pulla. Incluso, los invito a revisar la información publicada por los medios de comunicación universitarios. ¿Les ayudamos económicamente?
Como audiencias, empresas y sociedad civil, también tenemos la responsabilidad de ayudar a sostener y de exigirle al periodismo, pues al final de cuentas toda sociedad tiene la prensa que se merece.