El amor: la única respuesta
/ Carolina Zuleta
Cuando estaba chiquita mis papás me decían que los niños eran la esperanza del mundo. Recuerdo que me acostaba soñando cómo el mundo iba a ser mejor gracias a los niños. Al ver el sufrimiento del mundo pensaba: esto va a cambiar porque nosotros, los niños, lo vamos a cambiar. La canción Que canten los niños, de José Luis Perales, me inspiraba y quería ser uno de esos niños, los que unidos íbamos a cantar por aquellos que no tienen voz, para que respeten la flor, para que no ensucien el mar y para no escuchar el cañón.
Crecí… y nada cambió. 13.000 niños se mueren de hambre cada día, solo quedan 3.200 tigres en el planeta, millones de personas mueren cada año por armas, el mar recibe 180.000 botellas de plástico cada día y este plástico está acabando con los peces y los pájaros. Lo único que cambió es que ya no soy una niña, ya crecí y puedo hacer algo al respecto. ¡Y tú también!
Marianne Williamson hace poco escribió: “Es demasiado tarde para un cambio incremental. Necesitamos una masa crítica que esté dispuesta a aceptar la idea de un cambio radical… el amor como la respuesta a todos los problemas. El amor entre unos y otros, el amor por la tierra y todos sus habitantes, y el amor por las generaciones futuras: cuando el amor sea nuestro principio fundamental, entonces y sólo entonces habrá paz.”
Una masa crítica no significa la mayoría, una masa crítica significa un grupo de ciudadanos comprometidos, dispuestos a luchar por volver al amor. Las mayorías no han sido las que les han dado libertad a los esclavos o el voto a la mujer; han sido las minorías unidas por una causa digna las que han logrado cambiar la historia de la humanidad.
¡Tenemos que parar nuestra indiferencia hoy! No estoy diciendo que debamos dejar el trabajo y dedicarnos a ser activistas, pero sí abrir los ojos y tomar responsabilidad por lo que está pasando en nuestro planeta tierra. Sé que pensar en todos los problemas del mundo es abrumador. Sé que nos sentimos impotentes ante el calentamiento global, la guerras y las decisiones de acabar con gran parte del Amazonas para generar energía. Pero es hoy, más que nunca, cuando debemos recordar las palabras de Aung San Suu Kyim: “Si te sientes impotente, ayuda a alguien”.
Aquí te doy tres ideas para que HOY regreses al amor y hagas la diferencia.
•No consumas agua que viene en botellas de plástico. El plástico de estas botellas está acabando con la vida de los océanos.
•Sirve a tu metro cuadrado. Servir no se trata de dar lo que te sobra, sino de dar lo que sea que el otro necesita. Puede ser simplemente tu atención y cariño.
•Mira a los ojos y trata a todas las personas con dignidad. Reconoce que todos somos iguales.
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