Que un alcalde, para su empalme, convoque a un grupo no político y de probados conocimiento y compromiso con la ciudad, es una señal contundente de que la intención es hacer bien las cosas.
Ha pasado menos de un mes de las elecciones regionales, pero caramba, ¡parece que hubieran ocurrido hace un año!
Qué fácil dimos el giro de imaginar lo peor para Medellín en caso de ganar quien ganó -cortesía de tantos amigos bien intencionados enviando videos y proclamas fatalistas- a cambiar de tema y asumir que las cosas no van a ser tan graves. O que, de pronto, hasta podrían mejorar.
Que un alcalde entrante, para su empalme, convoque a un grupo no político sino eminentemente técnico y de probados conocimiento y compromiso con la ciudad, es una señal contundente de que la intención es hacer bien las cosas. Y aparentemente, sin pago de favores ni agendas politiqueras.
También habla bien de los convocados. No creo que ninguno haya apoyado activamente a Quintero, y posiblemente la mayoría no votó por él. Más aún, patrióticamente se alarmó por la mala fortuna de Medellín cuando ganó.
Pero luego, cuando fueron invitados al empalme, aceptaron. A sabiendas de la dificultad, la responsabilidad y las largas horas de trabajo que les esperan en las próximas semanas. Y en algunos casos, más allá.
Y en lo relativo a gobernación, Gaviria es viejo conocido. No cuenta con un equipo del sector privado tan representativo como el de Quintero, pero tampoco hay drama.
Parece no haberlo en un asunto tan sensible como Hidroituango. Pero esperemos su postura final sobre la mina de cobre Quebradona entre Jericó y Támesis. Habiendo sido minero -y hasta socio de AGA en el pasado- ¿será capaz de oponerse decididamente a un proyecto tan cuestionado?
La vinculación profunda de la empresa privada a los procesos del país, todos tan complejos, es definitiva. Otro ejemplo, el aporte en especie de las principales empresas antioqueñas, además de Eafit, a los procesos de desmovilización y reinserción de antiguos guerrilleros: conjuntamente donaron un valioso lote en Dabeiba para proyectos agropecuarios. Hechos y compromiso, más que palabras.
En fin, por encima de la discusión sobre ideologías, lo que requerimos y esperamos es una institucionalidad fuerte. Que al nivel local debe ser proveída por alcaldes y gobernadores con liderazgos y mandatos muy claros, pero con apoyo más visible y generoso de la empresa privada.
Es la manera más efectiva y legítima de contrarrestar y debilitar eventos tan complejos y potencialmente violentos como el paro del 21. En lugar de grotescos grupos de resistencia civil que fácilmente podrían desencadenar justo lo que buscan evitar.