Se desbordó la inseguridad
/ Juan Carlos Vélez Uribe
El tema de la inseguridad en Medellín parece que nunca terminase. Desde hace muchos años este asunto siempre aflora dependiendo de las circunstancias, y, últimamente, por los hechos acontecidos principalmente en las comunas 8 y 13, vuelve a estar en boca de todos los medellinenses.
¿Qué nos está pasando? Por qué volvemos a escuchar de asesinatos de policías, aumento de los homicidios, crecimiento del fenómeno de la extorsión, fronteras invisibles, etcétera? Porque, a mi modo de ver, este fenómeno no se ha enfrentado con toda la vehemencia que se requiere.
Hemos venido asumiendo recientemente una postura de apoyo a la administración municipal encabezada por Aníbal Gaviria, a pesar de haber apoyado en las elecciones para alcaldía de Medellín las aspiraciones del entonces candidato Federico Gutiérrez. Este acompañamiento que le hemos dado al alcalde tiene como fin lograr una mejor ciudad para todos. Y lo hemos hecho sin compromisos burocráticos de ninguna índole o negociaciones politiqueras. Ese respaldo lo hacemos por pura convicción. Sin embargo, esa independencia también nos permite decirle al señor alcalde dónde no está acertando y, para el asunto que nos concierne, definitivamente no estamos afrontando la problemática de la inseguridad de la ciudad como debe ser.
Siento una ciudad donde el control de los barrios está cada vez más en manos de los criminales. El fenómeno de las fronteras invisibles no ha podido controlarse, el microtráfico sigue desbordado, el control al porte ilegal de armas se ha venido debilitando. Aumenta el número de homicidios, hay toque de queda en algunas comunas; la inseguridad del Centro sigue descontrolada, en fin, pienso que este fenómeno se nos salió de las manos. En Medellín hay que tomar medidas de choque, fuertes y contundentes para acabar del todo con la inseguridad que padecemos.
Pienso que al gobierno nacional poco le interesa la problemática de nuestra ciudad, pues después de los últimos acontecimientos en Medellín el presidente Santos brilla por su ausencia. Ya debió haber realizado un Consejo de Seguridad en la ciudad. El señor gobernador parece que tuviera otras prioridades diferentes a garantizar la seguridad de los antioqueños, por eso les deja toda la responsabilidad a los alcaldes, y el gobierno municipal hace lo imposible por controlar la inseguridad y parece que sus tácticas no le funcionan. Por el momento, la Secretaría de Seguridad no ha dado los resultados esperados.
El aumento del pie de fuerza policial que tanto se ha pregonado aún no produce los efectos buscados. No es sino conocer la preocupación que han manifestado varios ciudadanos porque desde la época de los Juegos Suramericanos no se volvieron a ver los retenes. El decomiso de armas ilegales no se siente, a pesar de que aprobamos en el Congreso penas más severas para esa conducta, así como para evitar la excarcelación de los responsables. Es indudable que el fenómeno de la extorsión ya empieza a llegar a sectores que nunca lo habían padecido, lo cual obligaría casi que a constituir un “cuerpo élite” para combatir este fenómeno.
Más resultados y menos discursos es lo que exigimos de nuestros gobernantes, sino veamos los éxitos que ha logrado el Alcalde de Itagüí, quien ha considerado a la seguridad como una de sus prioridades.
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