/ Juan Carlos Vélez Uribe
Desde mediados del año anterior empezamos a sentir un pronunciado declive en nuestra economía. Esta sensación de crisis comienza a palparse en el diario vivir de los negocios en Colombia. Es una realidad inocultable que la situación económica ya preocupa y que esa crisis que veíamos tan lejana en otros continentes, empieza a tocar las puertas de nuestro país.
Esos niveles de crecimiento económico que pudimos obtener en los últimos años comienzan a convertirse en gratos recuerdos, porque, como están las cosas, será difícil ver crecimientos de nuestra economía del orden del 5 o del 6 %.
¿Qué ha pasado? Las causas son múltiples pero, a mi modo de ver, gran parte de la responsabilidad recae en políticas económicas desacertadas del presente gobierno. Veamos:
-La revaluación: desde un comienzo el Gobierno de Juan Manuel Santos no hizo sino responsabilizar al gobierno anterior de la revaluación de nuestra moneda frente al dólar. El anterior ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverri, prometió que iba a resolver ese asunto y parece ser que nada les ha funcionado, porque al momento de escribir estas líneas el dólar estaba a $1.760 pesos. Con una revaluación, en lo corrido del presente año, de más del 5%, situación que tiene en crisis a importantes sectores de la economía de nuestro departamento como el café, el banano, las flores, las confecciones, los textiles, etcétera.
-Los TLC: el año en que el Perú inició el TLC con los Estados Unidos, ello le significó un crecimiento económico adicional de tres puntos. En Colombia parece que este Tratado de Libre Comercio no ha tenido un impacto significativo. Lo que sí ha ocurrido, es que con el desmonte del programa Agro Ingreso Seguro nuestros productores, como los lecheros, han quedado en total abandono.
-Las reformas tributarias: las dos últimas han incluido disposiciones que han desincentivado la inversión privada. El desmonte de la exención al 30 % de la reinversión de las utilidades, la eliminación del contrato de estabilidad jurídica y el aumento al 35.6 % del impuesto a la renta, producirán un efecto negativo en la inversión este año. A ello sumémosle el deterioro de la seguridad.
-La baja ejecución presupuestal del Gobierno Nacional: el gobierno del presidente Santos se ha dedicado solamente a hacer “importantes anuncios” de la inversión que va a realizar. Sin embargo, las grandes obras de infraestructura no avanzan, como las Autopistas de La Montaña o de la Prosperidad, en las que otra vez se aplazó el inicio de la contratación para el mes de marzo, y tampoco se inician las inversiones en obras con recursos de regalías por las trabas que el mismo gobierno le ha impuesto a este programa. Aquí el gran beneficiado es el sector financiero porque son muchos los billones de pesos del gobierno que están guardados en las arcas de los bancos desde hace ya un buen tiempo.
Para medir esos fracasos en la política económica, comparémonos con países, no de otras latitudes sino de nuestro propio vecindario, como Perú. Nos daremos cuenta de que ese país ha logrado frenar la revaluación de su moneda y ha venido teniendo crecimientos económicos por encima del 7 %. Para este año, mientras ese país crecerá el 5.8 %, Colombia lo hará en un 3.5 %, pero ya hay algunos que se atreven a pronosticar un crecimiento de nuestra economía de apenas el 2.7 %.
Esperamos que con lo que aquí hemos dicho, el Gobierno Nacional no nos incluya en el grupo de “las aves de mal agüero” que ha creado para quienes lo critican.
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