Un destino con nuevos planes para conocer y otros para redescubrir
Por Juan Sebastián Mora Eusse
“El primer latino en jugar en las grandes ligas fue un colombiano”, me dice Héctor, conductor dominicano, mientras me lleva hacia el Downtown Miami, donde comenzaría mi estancia en la también denominada Magic City (Ciudad Mágica). Héctor no conoce el nombre de aquel deportista de antaño. Lo consulto por mi cuenta y encuentro que en realidad fue el segundo, no el pionero. Es Luis Castro, quien en 1902 hizo parte de los Philadelphia Athletics.
Así es Miami, una ciudad que invita desde el primer momento a ser explorada y que, sin importar la cantidad de visitas, siempre ofrece nuevas y excitantes alternativas por descubrir. Con motivo del receso vacacional escolar de octubre, hemos preparado una pequeña ruta de viaje, con de todo un poco para todos, para disfrutar de la soleada capital de Florida.
Aventuras sin límites
Un plan muy reciente y recomendable, tanto para los visitantes primerizos como para aquellos más asiduos, es el Sea Trek Reef Encounter del tradicional Miami Seaquarium. Se trata de una caminata en las profundidades de un gran estanque transformado en un arrecife tropical, donde habitan una gran variedad de peces, mantarrallas, tortugas y otras criaturas marinas. Para ello, no se necesita saber bucear. Los participantes son dotados de un casco que permite respirar libremente, como si estuviesen en la superficie, mientras alimentan los animales y toman fotografías. Para realizar el Sea Trek Reef Encounter se debe tener al menos diez años y no sufrir ciertos impedimentos físicos (asma y problemas cardiacos o respiratorios, entre otros) o mentales (en particular, claustrofobia).
Sea Trek Reef Encounter, en el Miami Seaquarium. Foto: Jessica Pierné. | Sea Trek Reef Encounter, en el Miami Seaquarium. Foto: Jessica Pierné. |
Otras atracciones del Miami Seaquarium, menos recientes pero igualmente llamativas, son el Dolphin Odyssey (30 minutos de nado e interacción con delfines) y la exhibición de las letales ballenas orcas con delfines, única en su tipo en el mundo.
Jungle Island, parque selvático que combina la belleza de los paisajes tropicales con animales exóticos de distintas latitudes, ofrece una experiencia para el recuerdo: el Vip Safari Tour. Realizado con frecuencia por grandes estrellas del cine y la música, permite a niños (de tres años en adelante) y adultos alimentar e interactuar con animales extraordinarios como el lémur, el canguro (incluso cargar crías) y el único casuario domesticado del planeta –el ave más peligrosa del mundo, nativa de Nueva Guinea y denominada como “el dinosaurio vivo”, por sus patas y linaje prehistórico-.
Una vez terminado el tour, los aventureros VIP pueden explorar por su cuenta el parque por el resto del día y apreciar sus diferentes shows (además de observar a Hércules, ligre –cruce de un león macho con una hembra tigre- señalado por el libro de los Guinness World Records como el felino más grande del mundo).
El costo por adulto del Vip Safari Tour es de 240 dólares por adulto y 120 por niño. Requiere reservar con anticipación.
Con sabor a la Habana
La oferta gastronómica de Miami es inagotable. Restaurantes para todos los gustos, estilos y presupuesto abundan en cada uno de sus rincones. Teniendo eso presente, Grace Della, argentina experta en comida étnica, dio vida a Miami Culinary Tours, empresa que ofrece recorridos culinarios por South Beach, Miami City y Little Havana.
Grace comenzó su negocio con el recorrido gastronómico de Little Havana, distrito considerado la capital cultural y política de los cubanos americanos. El tour a pie, y guiado, se realiza por calle 8 (la más visitada y popular del área) e inicia en las diferentes galerías de artistas latinos que funcionan allí.
Tostones con picadillo del restaurante El Pub, en Little Havana.
Pedro Bello, el personaje detrás de la Cuba Tobacco Cigar Co.
La primera parada culinaria es El Pub, restaurante propiedad de Eliodo Coro, cubano de ascendencia española, y donde la “Cuba del ayer se vive hoy”. Allí se deleita el paladar con unos tostones de picadillo y pollo, además de unos ricos platanitos con mojo (un aderezo donde el ajo es el ingrediente principal).
La siguiente estación es la Cuba Tobacco Cigar Co, de los Bello, familia que desde hace cien años se dedica a la elaboración de habanos y cigarros de la más excelsa calidad. Don Pedro Bello es el alma del negocio y el más solicitado por los turistas, quienes buscan hacerse una fotografía con este enigmático y silencioso personaje.
Un sándwich de medianoche en el restaurante Exquisito les espera después a los caminantes. El Parque del Dominó, un espacio dedicado a los juegos de mesa, es otra parada interesante. Es frecuentado en su mayor parte por viejos cubanos. Para jugar allí se debe pertenecer una asociación que exige ser mayor de 55 años y prohíbe ingerir bebidas alcohólicas, escupir o decir groserías en este punto de encuentro, cuyo nombre oficial es Máximo Gómez (héroe revolucionario cubano que luchó contra la opresión española en el siglo 19).
Bakery, una pastelería y repostería con productos bastante familiares para los colombianos, y la frutería Los Pinaneros, son las próximas paradas antes de llegar a la Cuban Memorial Plaza, donde los inmigrantes honran a los héroes de la Isla y realizan sus manifestaciones políticas, culturales y sociales.
Tras atravesar el Paseo de la Fama latino, donde reposan las estrellas de famosos como Julio Iglesias, Gloria Estefan y Celia Cruz, se llega a la discoteca Cuba Ocho. Allí se recomienda beber un ron de café, y luego dirigirse a la heladería Azúcar, famosa en la ciudad por sus combinaciones inusuales de sabores. El de maíz, el Elvis (de mantequilla de cacahuate con guineo) y, el preferido de la mayoría de sus clientes, el Abuela María (con galletas María, guayaba y queso crema), son algunos de nuestros sugeridos.
Para los amantes de la comida cubana, un buen restaurante no situado en Little Havana, es DeRodríguez Ocean, del chef Douglas Rodríguez, considerado el padrino de la nueva cocina latina. De Rodríguez Cuba está localizado en el Hotel Hilton Bentley Beach Club, en Ocean Drive.
De compras con estilo
En Coral Gables, al suroeste del Downtown Miami -el principal distrito de negocios de Miami- se localiza la villa de Merrick Park. Este es un paraíso fashion con boutiques de clase mundial (Carolina Herrera, Hugo Boss, Gucci…) y excelentes restaurantes como The Crave, en una bella villa con un jardín tropical.
Bal Harbour es una villa de playas blancas con lujosos hoteles, como el One Bal Harbour Resort & Spa. Un lugar ideal para visitar allí es Bal Harbour Shops. En este mall de lujo al aire libre abundan las tiendas de marcas de alta gama y célebres diseñadores (Armani, Dolce & Gabbana, Pucci, Óscar de la Renta, Jimmy Choo…). A quienes visiten este sofisticado espacio comercial y gastronómico les recomendamos comer en Makoto, un exquisito restaurante japonés, y terminar la noche con unos sake colada (piña colada elaborada con sake).
La villa de Merrick Park.
Vista panorámica de Bal Harbour.
Playas de Bal Harbour.
Wynwood Art District, creatividad en los muros
En los años 50 fue un lugar de asentamiento de inmigrantes boricuas, pero desde la primera década del tercer milenio, gracias al prestigioso empresario y urbanista Tony Goldman, es un barrio bohemio. Está repleto de galerías de arte, museos y algunos atractivos restaurantes como Wynwood Walls, un espacio que cuenta con una serie de muros decorados por reconocidos artistas y creadores de grafitis, provenientes de todo el mundo. De hecho, la gran mayoría de las calles de Wynwood cuenta con estos grafitis legales, que se han convertido en un incentivo para recorrer a pie o en una moto vespa este distrito donde la cultura y el diseño son protagonistas.
Wynwood Walls.
Wynwood Walls en el Wynwood Art District. Allí se encuentra un magnífico restaurante de cocina latina, Wynwood Kitchen and Bar. | Wynwood Walls. |
Wynwood Walls.
Wynwood Walls.
Wynwood Walls.