El maní inca contiene los nueve aminoácidos esenciales para la vida y es una de las cuatro proteínas completas de origen vegetal. Es una excelente fuente de Omega 3 y de Omega 9.
Mi trabajo como agente de transformación alimentaria me ha llevado a conocer lugares y personas de este país megadiverso. A continuación les presento tres plantas que considero tienen gran potencial para la correcta nutrición humana, combatir la crisis climática y desarrollar economías incluyentes y sostenibles.
Coca (Erythroxylum coca):
Esta planta tan controversial es fundamento cultural de cientos de comunidades indígenas y campesinas a lo largo de los Andes y la Amazonía y ha contribuido a su seguridad alimentaria gracias a sus potentes propiedades. Además hace parte de su tejido social y medicinal. La coca es una gran fuente de calcio: 100 gramos de brócoli tienen 130 miligramos de calcio, mientras que 100 gramos de hoja de coca tienen ¡2.097 miligramos!
Es una muy buena fuente de proteína (20 gramos por cada 100 gramos), fibra para la microbiota, minerales esenciales como fósforo y potasio y vitaminas como la B1, B2, C y E.
Yo consumo coca en forma de mambe, un preparado de hoja de coca deshidratada y molida, mezclada con un poco de ceniza de Yarumo o piedra de río o concha de caracol, dependiendo de la zona donde se prepare.
Sacha Inchi (Plukenetia volubilis):
También conocido como maní inca, esta planta del piedemonte Amazónico y los Andes bajos da un fruto con semillas oleaginosas que contienen los nueve aminoácidos esenciales para la vida; es decir, es una proteína completa, algo poco común ya que solo existen cuatro proteínas completas de origen vegetal.
Es una excelente fuente de Omega 3 y de Omega 9, lo que lo hace un alimento funcional, puesto que ayuda a regular el balance de estos ácidos grasos en nuestro cuerpo. En casa lo disfrutamos tostado con un poco de sal, o en mantequilla para untar, o en aceite para ensaladas y dips. ¡Delicioso!
Chachafruto (Erythrina edulis):
Este superalimento es un árbol de fácil crecimiento y produce vainas con semillas altamente nutritivas. Después de la soya, es la leguminosa con mejor calidad proteica (sus semillas son 23% proteína), muy por encima de frijoles, arvejas, lentejas y habas.
También contiene compuestos antioxidantes y fitonutrientes muy por encima de los frutos rojos. No solo el chachafruto presenta un potencial para la alimentación humana, sino también para el medio ambiente, ya que tiene la capacidad de abonar los suelos al fijar nitrógeno. Es alimento para diversos animales e insectos, es de fácil propagación y sus raíces protegen las orillas de ríos y quebradas. Mi manera favorita de consumirlo es hervido y luego licuado como sopa.