Berta, Yolanda y Haydee fueron las primeras abogadas en Antioquia, un asunto que para entonces tenía todo de atípico, pues las universidades solo graduaban hombres, porque solo estudiaban hombres.
Por: Biblioteca Pública Piloto de Medellín / Esteban Duperly
La foto que acompaña estas líneas corresponde a uno de esos mosaicos de estudiantes que estuvieron tan de moda durante décadas entre bachilleres y universitarios, como un rito que se cumplía al egresar y que, invariablemente, terminaban colgados en los muros de las rectorías entre diplomas, trofeos y medallas.
Este, que aparece en la imagen, corresponde a los graduados de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia en 1946 y tiene todo de típico: la tipografía serifada y solemne, la alegoría pictórica a la justicia, las foticos de borde difuminado de los estudiantes que posan de perfil, y cuyas imágenes de jóvenes convertidos en profesionales de las leyes están dispuestas y organizadas a la manera de, cómo no, un mosaico. De ahí el nombre.
Esta foto tiene todo de típica, dije, salvo si se observa con atención la segunda fila de retratos, leyendo de abajo hacia arriba y a la izquierda del cuadro. Al hacerlo se descubren los retratos y los nombres de tres mujeres, asunto que para entonces tenía todo de atípico, pues las universidades solo graduaban hombres, porque solo estudiaban hombres.
Berta Zapata, Yolanda Cock y Haydee Eastman rompieron esa tradición y eso siempre será un gran mérito. Por eso es necesario escribir sus nombres aquí, con todas sus letras. Fueron las primeras abogadas en Antioquia y lo hicieron, además, en un año en el que solo ocho mujeres egresaron como universitarias profesionales en todo el país.