Inacio Goncalves
Nació en Portugal, y después de recorrer el mundo aplicando lo que aprendió en su país, cocinando en restaurantes de Francia, Inglaterra, Canadá y Estados Unidos, un vendaval paisa, como el mismo la describe, lo sacudió hasta tal punto que terminó por echar raíces en Medellín, en una tierra de la que poco o nada había oído hablar. Esa ráfaga que lo trajo a la ciudad es su esposa, Estella Correa, su mano derecha en el restaurante Frutos del Mar, que fundaron hace 25 años cuando se radicaron definitivamente en el país. Inacio, además, maneja también la charcutería Excelsior. El asunto de echar raíces va más allá de una simple figura literaria, pues en el suelo del oriente antioqueño transplantó una de las costumbres más arraigadas de los europeos meridionales, la de tener una pequeña huerta en la que cultiva tomates, cebollas, lechugas y otras hortalizas que más adelante se convierten en las ensaladas que se sirven de entrada en Frutos del Mar. Su paladar ha asimilado varios de los platos de la cocina típica colombiana, como el mondongo, la sobrebarriga y el chicharrón, siempre y cuando no sea muy grande. Para Inacio el servicio es una de las cosas más importantes en lo que a asuntos de restaurante se refiere, y por eso les insiste a sus empleados en que el verdadero patrón es el comensal.
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