¿Qué comería en Medellín si fuera turista?
Sigo para el parque de Santa Elena a Canela, María Flores y La Barbacoa de Cheo, y en la vía a Piedras Blancas, Donde Edward y Uchuva Lounge. De ahí por los chorizos del Pescador, en El Peñol, y donde Ángela, en la entrada de la Piedra, por un sancocho de exposición
Desde Australia, en donde vive, me escribió Álvaro Navarro Jr., sibarita tan refinado como su papá, para contarme que viene a Medellín de visita con su esposa. A través de mi blog me pidió que le hiciera una guía gastronómica de la región. Por aquí le respondo, advirtiendo que para ser objetivo sólo menciono los sitios que he visitado, por eso anticipo que son los mismos de los que hablo casi siempre, ya que salgo muy poco y muchos son muy nuevos, a otros no voy por mal vestido, otros los olvidé o no me gustan. Por eso necesito que me escriban con sugerencias para transmitirle. Agradezco a todos los que me escribieron a [email protected] con el mejor chicharrón de Antioquia, aprendí mucho.
Apreciados Jr. y Sra.: En el Valle del Aburrá me dedicaría a varios íconos de nuestra ciudad como Hato Viejo, el Trifásico, Gloria, Chuscalito, J&C, El Gordo Esteban, Frutos del Mar, Buena Mar, Podestá, Fenicia, Pan de Abril, Chef Françoise, Ajiacos y Mondongos Exquisitos, el Málaga, el Versalles y la Doctora. Escogería entre otros más contemporáneos como El Herbario, Al Patio, La Tienda del Vino, In-Situ, El Zócalo, Il Castelo, el Café Le Gris y el del Colombo. Entre los nuevos: 1910 Revolución Mexicana, Mangle, Credenza, Niña Juani, María Santo y Bonuar. De shopping las zonas de comidas de casi todos los centros comerciales son extraordinarias y variadas. Entre los pinchados no pueden faltar: La Provincia, La Cafeterie de Anita, merecedora del máximo reconocimiento que haya recibido cualquier restaurante local, y La Cava del Inter, donde se come exquisito mientras se aprende de vinos.
En el oriente: Sancho paisa, Casablanca y las Brisas. Donde Oscar, Cantaleta y su vecino de las arepas en horno de barro. Le dedicaría toda una tarde a Quehareparaenamorarte y ojalá se haya reabierto mi favorito de menús de degustación Cocina Campo & Madera en la entrada de Flot. Cerca al aeropuerto, en Asados Exquisitos, la carne de cerdo con arepa de queso es mundial. Sigo para el parque de Santa Elena a Canela, María Flores y La Barbacoa de Cheo, y en la vía a Piedras Blancas, Donde Edward y Uchuva Lounge. De ahí por los chorizos del Pescador, en El Peñol, y donde Ángela, en la entrada de la Piedra, por un sancocho de exposición.
Al norte iría a Porce por las hojaldras que se tienen que comer con varios litros de leche y a Cisneros por panela y un par de restaurantes bien simpáticos. Hacia Caucasia iría al Pandequeso en Don Matías; en Yarumal a la fonda del Manicomio por huevos en cacerola, y al estadero La Nena por el mejor sudao del mundo. Por Tarazá buscaría los sancochos de gallina en los paraderos de camiones (lleven pantaloncillos y brasieres pispos para que se bañen en los chorros).
No sé si han arreglado la trocha a Santa Fe de Antioquia y Sopetrán porque en ambos pueblos se come rico; en la vía al contrario, entre el humo de miles de motos chinas por cuotas aunque aún se consiguen alguna pulpa de tamarindo y frutas ricas; en los estaderos neopaisas la oferta se redujo sólo a bandeja paisa, chuzo de pollo o carne asada. Por el lado de San Pedro sobreviven el Gran Cacao y la antigua quesera.
Por Caldas: Mozarela en la variante y de ahí a las legendarias obleas por el parque de Corona, a la fonda famosa del mismo parque y al Kaiser a una cuadra para unos guaritos y empanadas memorables. Angelópolis, tan desconocida que es cerquitica de allí, tiene un restaurante y una fonda maravillosos. En Alto de Minas las arepas, chorizos y chicharrones se mantienen iguales de buenos, aunque, qué dolor, ya no existe la Posta de Primavera, a mí me va a dar algo. Para el lado de Amagá es infaltable el Rancherito original. Creo que todavía se consiguen leche chocolatada y quesos en Pakita o el Sena. Bajando a La Pintada se encuentran los mejores mangos criollos del país, de los que dejan fibras en los dientes para disfrutarlos por varios días; mi mamá me mataría con este comentario, ahí está la Virgen, ya va un año que se me fue y cada día me hace más falta…se fue como sus chicharrones favoritos del Reposo que también se fueron. Eso sí, no se puede ir uno de Medellín sin comer arepas de chócolo donde Nelly en el pasillo 3 de las Malvinas en la Mayorista.
El Tour Gastronómico. Por fin hay esperanzas de gremio y unión en el sector de restaurantes. El trabajo del Tour se está notando y la gente está entendiendo que es mejor de colegas que de competidores si queremos soñar con el tal boom culinario paisa. Esto sumado a la labor que están haciendo la Alcaldía, Plaza Mayor, la Cámara de Comercio, el Clúster de Turismo, la prensa, varios colegas y las escuelas de cocina, auguran un futuro con mucho más sabor. Ahora en noviembre la feria Maridaje será la mejor oportunidad para celebrar el nuevo espíritu de colegaje (una palabra rara en el diccionario paisa).
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