Si una se pone rabiosa la otra se ponecontenta
No teníamos unión, ahora tenemos dos. Tanto a los unos como a los otros los invito a juntarse con un objetivo único
La experiencia del capítulo de la Asociación Colombiana de Restaurantes (hoy Asociación de la Industria Gastronómica) en Medellín fue agridulce ya que en su momento como gremio logró hacer cosas muy buenas como cenas de colegas y algunas capacitaciones. Sin embargo, con los años Acodrés murió en nuestra ciudad y su desaparición dejó rencores lamentables que han dificultado el buen desarrollo del sector. Ahí está la Virgen, que no todo es malo, por el contrario, gracias a algunos apóstoles creyentes de la necesidad de trabajar juntos, se ha consolidado el Tour Gastronómico que demostró con su “Maridaje” que sí se pueden hacer cosas muy bien hechas entre todos; y como si fuera poco acaba de nacer en Medellín el capítulo de la Asociación Colombiana de Chef, la cual lleva varios años operando en varias regiones del país.
O sea, como dice el vallenato, “por andar buscando una, se me presentaron dos”… Eureka. No teníamos unión, ahora tenemos dos. Tanto a los unos como a los otros los invito a juntarse desde ya con un objetivo único: la recuperación del patrimonio gastronómico antioqueño y colombiano en nuestra región. Trabajo por hacer hay mucho. Lo primero es crear el archivo literario de cocina, lo segundo estudiarlo, lo tercero adaptarlo al presente con técnicas e ingredientes que antes no se conocían y por supuesto la última etapa es la divulgación.
De los gremios además necesitamos urgente: Bases de datos con información. Campañas de cultura ciudadana para hacer una cocina más sana. Bancos de empleo. Manuales para los que piensan montar negocios de alimentos. Estudio de las normas de la Secretaría de Salud, con el lobby correspondiente para sentarnos a concertar lo mejor para todos, lo justo y lo legal. Capacitaciones, capacitaciones y más capacitaciones. Ahora que somos dos, tenemos que juntarnos para doblar esfuerzos y traer algunas lumbreras del exterior a enseñarnos. Entre dos casi todo es más fácil. El beneficiario: usted. El comensal, el empresario, el cocinero de esquina, el chef de cartel, la señora que hace empanadas, el pastelero, el mesero del estadero, la administradora de la cafetería, el señor de la verduras, el presidente de la compañía de alimentos (y sus accionistas), los transportadores, los sufridos campesinos, la industria de empaques, los estudiantes, los comerciantes, los bares, hoteles, en fin, eso es lo bonito de los gremios, que su efecto se puede multiplicar en beneficio general, sin importar si son afiliados o no.
El Restaurante de la Acción Comunal
Abrió en Santo Domingo Savio, frente a la biblioteca España, “La Mesa del Barrio”, un restaurante delicioso para completar ese programa tan rico en que se ha convertido el paseo al Parque Arví en metrocable. Con mucha nostalgia, tuve la grata oportunidad de participar como asesor ad honorem en este proyecto de la acción comunal del barrio, en donde mi mamá ayudó por más de 45 años. El restaurante de unos 25 puestos tiene una oferta de cocina colombiana y antioqueña casera exquisita a manos de Diana, una cocinera extraordinaria. Es notable el apoyo que las autoridades locales y regionales le están dando a proyectos participativos de este tipo que merecen todo el apoyo de la comunidad para que recuperemos lo mejor de nuestra cocina criolla. Por supuesto que las arepas son hechas a la manera antigua, a mí me va a dar algo.
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