Los 4 Fantásticos del “Universo Petro”

Los 4 Fantásticos que nos interesan hoy, no son los creados por Stan Lee en 1961, dando origen al “Universo Marvel”. No son científicos, no han viajado al espacio, no han sobrevivido a una tormenta cósmica, no tienen super poderes… O sí. En el universo paralelo que Gustavo Petro creó desde su posesión, existen copias burdas de estos superhéroes. Los vemos, los oímos, los sufrimos.

No se apellidan Richards, ni Storm, ni Grimm. Se apellidan Petro, Benedetti, Montealegre, Saad. Y empanican. (Al menos a mí). Super Petro, el Rey Sol criollo. La manera como se recuesta en el atril, asiente con la cabeza y prolonga las palabrasss; la seguridat con la que lanza falacias y apunta con el Mirado #2, la manía de hacerse esperar y la de echar culpas a sus colaboradores, la agresividad con la oposición, el delirio de persecución por cuenta de las denuncias de corrupción en su gobierno, la vanidad de quirófano, la sonrisa de hiena que llamaba Antonio Caballero… ¡Madre mía!, yo es que lo prefiero derrotado en las urnas, con las puntas de sus Ferragamo bajo un disfraz de Luis de Francia, en un baile de máscaras. (O en una caricatura de Osuna).

Super Benedetti, el gran secreter. El hombre que vale oro por lo que calla, dicen las malas lenguas. El político más ecuánime y pulcro en el hablar, dicen las grabaciones. El funcionario que tiene la virtut de ser loco, dice el presidente y el que tiene una estrecha relación con las drogas, dice Leyva Durán. El que vendería el alma al diablo con tal de salirse con la suya, dicen en Bogotá… Lo veo y no puedo evitar pensar en el Fausto de Goethe. (Caballero diría que su sonrisa es mefistofélica). ¡Madre mía!, yo es que lo prefiero aireando sus engominados crespos a orillas del mar Caribe, recogiendo caracoles. (O en una caricatura de Osuna).

Super Montealegre, le petit Rasputín. Así sea en televisión, nunca me lo he topado, mi radar -que a lo mejor está fallando- capta a su alrededor unas ondas negativas que me hacen desconfiar de lo que propone y defiende. Dicen que es un experto en derecho -yo no tengo idea-, mas es inocultable su tendencia a retorcer la ley con interpretaciones oportunistas. Poder detrás del trono, parece más político que jurista. Y me produce una desazón inversamente proporcional a su estatura. (¿Sonrisa de felino, Caballero?). ¡Madre mía!, yo es que lo prefiero de tiempo completo en las bibliotecas recónditas de El nombre de la Rosa. (O en una caricatura de Osuna).

Super Saade, el pastor sin rebaño. Llegó de último al olimpo, pero ha dejado claro quién manda en Casa de Nariño, carajo. A su lado, Sarabia y Leyva son hermanas de la caridad. Atemoriza con el mando recién adquirido más que la primera y ya superó en lambonería al segundo; se desgañita pidiendo, no aplausos para el jefe, su reelección inmediata. La democracia, la libertad de prensa y la empresa privada, entre otras cosas, no le agradan. (Podría ser sonrisa de Guasón para Caballero). ¡Madre mía!, yo es que lo prefiero encarnando a uno de esos pastores de cabras con los que Don Quijote se batía en un lugar de la Mancha. (O en una caricatura de Osuna).

ETCÉTERA: Y sí, la manifestación del 7 de agosto creó un hecho político imposible de ignorar para los fantásticos falsos del “Universo Petro”.  

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