Los ojos de Lina Meruane

Pilar es el nombre de la librera de la tienda de venta de libros de La Pascasia. Por los estantes de este lugar paso ocasionalmente para ver qué novedades han llegado, cuál libro tendré en mi lista y con qué me podré sorprender. Así fue como llegue a Sangre en el ojo de Lina Meruane; en esta ocasión, fue Pilar quien me recomendó esta lectura, la cual se ha convertido en una de las historias que más me han conmovido de los últimos libros que he leído.

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Lina Meruane es chilena, una escritora con importantes reconocimientos encima, como el Sor Juana Inés de la Cruz, por ejemplo, el cuál ganó justamente con Sangre en el ojo, en el 2012. En 2024, estuvo en la Feria del Libro de Bogotá -FILBO-, conversó con un amigo, también escritor, Juan Mosquera, quien quizá no le gustará que en este texto lo mencione como escritor, porque es muchas cosas, entre ellas un muy buen formulador de palabras bellas, duras, tristes.

No fui a la FILBO en esa ocasión, tampoco vi la conversación y aún no había leído, obviamente, a Lina Meruane; pero, al llegar, me quedé en las 177 páginas que relatan una historia autobiográfica. Una mujer que pierde la vista paulatinamente, algo que vivió Lina en un momento de su vida y que narra maravillosamente en este libro. Ella recuperó la vista gradualmente y continúa escribiendo, espero seguirla leyendo.

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Sus ojos están en la oscuridad, y son los ojos los que convierten a Ignacio en el gran soporte de Lina en el libro, mientras se cuentan los sucesos entre Estados Unidos y Chile. Unas venas afectaron su vista al llenar los ojos de sangre, y así como la cordillera de los Andes irrumpe en el paisaje, estas venas llegaron a afectar la visión y a modificar el mapa de ellos.

Ignacio lleva la soledad en su vida y en Lina encuentra un lugar que lo lleva a renunciar a muchas cosas, quizá a él mismo. Ella encuentra en él lo que no quiere encontrar en su familia, su padre amoroso, su madre intensa, sus hermanos tan distintos y ausentes.

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El oculista es un ser fundamental en esta historia, el trayecto a la cirugía que podrá dar una vuelta importante en la vida de Lina es todo en el libro; es la ansiedad, el miedo, la angustia, la realidad a afrontar una situación con solo dos caminos, ver o no ver. Es así como, poco a poco, estas páginas lo van llevando a uno a vivir intensamente la historia. Debo confesar que sentía la molestia en el cuerpo de que algo me faltaba, por eso digo que es un libro que me involucró con fuerza y creo que por ahora será difícil superarlo, le daré unos días para digerirlo, sentirlo y, por supuesto, recomendarlo, como lo hago ahora.

Narrar el cuerpo, algo que Lina Meruane hace magistralmente en este libro; perder un sentido y alertar a los otros para redescubrirse, el olfato, el tacto, la escucha, todo el cuerpo en función de ayudar a los ojos, en función de sentir a pesar de tantas restricciones e imposibilidades. Las manos guiando al cuerpo en sus trayectos. El amor de dos que acompañan al dolor de una; el amor de dos que alberga la soledad de uno. La alegría, la confianza, la ira, la frustración, las caladas de cigarrillo compartidas, tanto entre Lina e Ignacio como entre Lina y el oculista, Lekz. 177 páginas que no se dividen en capítulos, están separados por sucesos, que no llevan una mayúscula inicial, como si flotaran para guiar al lector en ese mar de lágrimas que es la historia de Lina.

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Este libro fue publicado por Random House y se encuentra fácilmente en las librerías, también en las bibliotecas públicas. Hasta el momento de escribir este texto, se encuentra disponible en Granizal y la Biblioteca Fernando Gómez Martínez en Robledo.

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