Hay una canción de la icónica agrupación irlandesa U2 que, posiblemente, es la banda sonora de muchos (de los que crecimos en los 90´s) se llama One. En una de sus estrofas hay una frase que es himno de generosidad y empatía, esa posibilidad de ver al otro y reconocerse en él:
“We get to carry each other”
“Tenemos la oportunidad de apoyarnos unos a otros”.
Viene bien recordarlo y pasarlo de nuevo por la piel, en tiempos de incertidumbre, de guerras reportadas en tiempo real por Instagram, tiempos de inhumana presencia, o tal vez, humana ausencia. No sé si esta hiperconectividad nos desconectó de nosotros mismos, en consecuencia del otro.
Mi sobrina Antonia cuando tenía 6 años dijo una frase que se quedó tatuada en mi consciencia: “La paz es sentir el dolor del otro”, cuanta sabiduría en la mirada y la voz de una niña, cuanta valentía y profunda rendición.
He vuelto a esta canción de U2 una y otra vez en los últimos días, recordé que me ha acompañado porque es sinónimo de esperanza. Somos tan distintos, y sin embargo somos UNO.
Hace poco sentí que este himno realmente podía unir generosidad, voluntad y amor en acciones concretas, palpables. Partiendo de esa pulsión de quien encuentra su propósito sirviendo al otro, y quiere hacerlo distinto, que sabe, además, que lo puede hacer mejor con otros.
Esa labor quijotesca de líderes y emprendedores sociales, es mucho más que una pulsión, es la convicción de dedicar su vida a una causa, sin desfallecer, entregando hasta el último impulso de energía para transformar una vida, para traer esperanza a la mirada de Gregoria*, Kleider o Camila, porque mañana puede ser un día hermoso.
He ido descubriendo que esos “días hermosos” también pueden suceder acompañados por “el amor a la especie humana“, una forma de definir la filantropía; pero además, ese amor por la humanidad no es solo generosidad cuando se concibe como filantropía estratégica, y acompaña a estas mujeres y hombres incansables que sostienen la esperanza de muchos, con recursos económicos, transferencia de conocimiento y la construcción de redes que permiten tejer comunidad, apoyándose unos a otros, generando sostenibilidad a mediano y largo plazo.
Viene bien, en un mundo tan convulso, conectarse con personas y organizaciones que siguen sembrando esperanza, luchando contra el desasosiego con acciones concretas, movilizadoras, que dejan de lado el ego para reconocerse como parte DEL OTRO, y así, construir un NOSOTROS, que nos recuerda que:
“Tenemos la oportunidad de apoyarnos unos a otros”.
Recientemente, en un evento poco convencional, pero increíblemente humano y cercano, conocí a One Inversión Social, una organización que invita a propiciar conversaciones distintas, permitir el encuentro en la diversidad, y escuchar iniciativas de diferentes rincones de Colombia con un hilo común: la esperanza llevada a la acción. Dejando en el ambiente la certeza de que es posible hacerlo mucho mejor entre todos, porque todos somos UNO.
Necesitamos crear más antídotos ante la incertidumbre, creer una y otra vez, tatuarnos la esperanza como sello indeleble en el alma.
*PSD: Ellos son líderes reales, hablamos de Camila, integrante del Ballet Metropolitano; Kleider, del programa de barismo que se llama One Forest; y Gregoria, de un programa en Cartagena que se llama Granitos de Paz.