Medellín, una ciudad repleta de necesidades y temas por resolver –amor no quita conocimiento-, se ha convertido hace algún tiempo en un remedo patético de Las Vegas: drogas, sexo, apuestas, casinos, estridencias, peleas. Uy, peleas. Las hay para todos los gustos, ocasiones y lugares. Pero la de cuadrilátero que libran, Kid Gutiérrez acompañado en su esquina por asesores de gobierno y Kid Quintero, en la suya, por asesores de ¿desgobierno?, sí es la reina.
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Este lanza un jab, aquel un uppercut, les siguen un swing, un crochet, el famoso gancho… Los medios y las redes fungen de referees, y los jueces de la República, de jueces de la velada. (Demanda viene y demanda va; unas de fondo, otras de apariencia). A nosotros, los medellinenses, nos toca el papel de testigos oculares. Y Colombia, un país repleto de necesidades y temas por resolver, observa atónita el intercambio de rectos a la barbilla.
Suena exagerado, pero así es. Y preocupa, da rabia y pena ajena y, a veces, hasta risa. El round de la semana pasada, por ejemplo, muy a mí pesar me hizo reír. Llevó hasta la caricatura las bravuconadas de estos dos chachos de barrio.
“Alcalde Federico Gutiérrez, aquí estoy y no le tengo miedo…, no logrará sacarme, así me tire 10 helicópteros encima…, no les bastó con hacer salir a mi familia y quieren que también me vaya yo…, descarados”. (Lo imagino dando saltitos en plan venga-si-es-tan-macho y me muero de risa).
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Las barras bravas que apoyan a uno y otro púgil, obvio, se desmelenaron. Un representante a la Cámara por el Pacto Histórico, para hacerse notar, presentó un derecho de petición sobre “las maniobras intimidatorias”. Y el presidente Petro –aparcando la inminente escasez de gas, la precaria situación de la salud, la angustiosa crisis de la clase media, los escándalos que lo rodean, la fallida paz total, el desencanto de los jóvenes, etcétera y etcétera-, sin pensarlo dos veces, como acostumbra, también se trepó al ring: “Esto que se hace contra el exalcalde de Medellín se llama fascismo. Y es un delito… ¿Cómo sería el país si quienes dan órdenes a ese helicóptero, volvieran a gobernar?”, escribió en X. (Salió trasquilado, no se puede pensar con las yemas de los dedos).
La versión oficial del General Salamanca y el ministro de Defensa: “El sobrevuelo se dio como un simple operativo de vigilancia y control aéreo… Los horarios que se establecen para dichos operativos los decide el comandante de la Policía de Medellín y no participa el alcalde… El piloto ni siquiera sabía que por ahí vivía el doctor Daniel Quintero”, dejó en ridículo a Quintero, a Petro y al congresista que se les pegó. Y a Gutiérrez le permitió, no sólo ceñirse el cinturón del triunfo sin haber movido un dedo, sino burlarse del “oso del siglo” y aplicarle al abatido Kid Quintero unas palabras de su mamá: “Nada peor que un bobo con iniciativa”. (Jajajá).
ETCÉTERA: En fin, si bien este asalto lo ganó Kid Gutiérrez por KO, no tiene presentación que dos alcaldes, aspirantes a la jefatura de Estado además, den semejante lora habiendo tanto que decir y hacer para conseguir una mejor sociedad, una mejor ciudad y un mejor país. (“Pónganse serios, carajitos”, les diría mi mamá).