Llegó junio y con la primera mitad del 2024 ad portas de concluir, comienzan los balances, los “cómo vamos” con respecto a nuestras resoluciones de finales del 2023 y el “cómo vamos” con respecto a los avances en inclusión y diversidad, pues estamos en el mes del orgullo LGBQIA+. Por eso, en el marco del mes de los derechos de esta comunidad, no puedo dejar pasar la oportunidad de poner sobre la mesa la conversación sobre los avances en diversidad y equidad.
Este año, sin embargo, considero que es relevante revisar, juntos, cómo la Inteligencia Artificial (IA), puede consolidar la diversidad e impulsar la inclusión para todas y todos, desde el mundo digital, con miras a conseguir mayores avances sociales en el mundo real, aún cuando la línea que los separa es más y más tenue.
Comencemos reconociendo que los canales digitales han sido una buena plataforma para informar, visibilizar y apoyar las luchas de la comunidad LGBTIQ+ alrededor del mundo. La digitalización de prácticamente todas las comunicaciones y comunidades ha permitido alzar la voz en beneficio de causas, antes utópicas para muchos, que abogan por ciudades y países donde la diversidad e inclusión son la norma y no un valor agregado.
La tecnología ha aportado a la salud física y mental de esta comunidad, al igual que de su integridad, bienestar, seguridad y de su habilidad para crear conexiones alrededor del mundo.
Pero más allá de eso, el desarrollo y consolidación de la IA como una herramienta que puede acelerar procesos en el trabajo también puede y debe ser orientada al impulsar una mayor concientización del mundo diverso y la sociedad multicolor en la que debemos trabajar por vivir más y más orgullosos, a través de la creación de mejores algoritmos. Códigos más plurales e incluyentes.
Aunque los avances y el progreso son realmente significativos, nuestro tema principal deja al descubierto un escenario bastante complejo, como lo mencionan los expertos de la plataforma de tecnología Knowmad Mood: “La Inteligencia Artificial (IA) está marcando el comienzo de una era de transformación sin precedentes en sectores críticos como la salud, la justicia y el empleo, ofreciendo mejoras y eficiencias notables. No obstante, este progreso tecnológico no está exento de desafíos, especialmente el sesgo inherente que amenaza con exacerbar las disparidades sociales preexistentes”.
Si bien los sesgos en IA se pueden resumir en cómo influyen nuestros prejuicios a la hora de crear los algoritmos, los cuales en ocasiones han generado grandes desafíos frente a diversidad de género, edad y raza, existen oportunidades muy valiosas en desarrollar algoritmos que promuevan la inclusión.
Para citar un ejemplo de estos sesgos, se ha podido evidenciar que diferentes desarrollos de reconocimiento facial presentan peor rendimiento cuando son usados por mujeres de piel negra vs. hombres blancos, sistemas de calificación para acceso a créditos han dado una menor calificación a mujeres, teniendo las mismas condiciones financieras que hombres de su misma edad y sólo por mencionar también, el impacto de los estereotipos de género gracias a las voces femeninas y serviles que se usan en la mayoría de las aplicaciones para asistentes personales.
Ahora bien, más allá de los retos que podemos encontrar, hay una serie de acciones que deben atenderse con la máxima prioridad para evitar que esta tecnología profundice también en la lucha contra la desigualdad e inequidad y cree oportunidades para reforzar la conciencia de lo importante que resulta reconocernos en plena igualdad de derechos de identidad. En primer lugar, las guías éticas, refiriéndome puntualmente a las cartillas orientadoras de las entidades del Estado sobre temas como educación, sexualidad, migración e incluso deporte, es muy importante el esfuerzo gubernamental por incorporar consideraciones morales en las diferentes fases del desarrollo de la IA como potencial aliado de contenidos libres de estereotipos.
Llegó junio y el momento de revisar cómo vamos. Cómo vamos en la creación de equipos diversos, comenzando por la brecha de acceso a la información para cualquier persona que desee conectarse con el mundo digital y sus posibilidades. Desde una persona en situación de discapacidad, hasta hombres y mujeres trans, el mundo digital no debe seguir promoviendo visiones estereotípicas y unicolor de un mundo que nunca lo ha sido. Crear algoritmos más incluyentes y equitativos comprende entender la diversidad humana, también desde los datos, aquellos conjuntos ingentes de información que permite el desarrollo de nuevos modelos de pensamiento digital. Debemos, de manera deliberada y de inmediato, incluir variables culturales, raciales, de género y socioeconómicas que puedan corresponder con la realidad de la población.
Llegó junio y al momento de preguntarnos cómo vamos debemos reconocer los avances en materia de diversidad que, si bien nos permiten mirar hacia atrás con algo de orgullo y satisfacción, no deben dejar de plantearnos metas más ambiciosas sobre a dónde queremos llegar. Llegó junio y si bien vamos bien, podemos y debemos esforzarnos, siempre, en estar mejor.