Hace poco tiempo leí un libro llamado La era de la ansiedad, de Roberto Palacio, en el cual citaban a un maestro que preguntaba a sus alumnos si consideraban a Van Gogh una persona exitosa. Lo primero que se viene a la cabeza es que sí fue exitoso. Sin embargo, este maestro pone de manifiesto que Van Gogh terminó su vida de una manera poco amigable: con una enfermedad mental severa y retirado en un hospital mental y, que su éxito y propagación de sus obras se dió principalmente después de su muerte.
La pregunta que se plantea es: ¿fue exitoso Van Gogh?
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En esa misma línea, hace un tiempo, ví un video de una rueda de prensa realizada a un jugador de la NBA, Giannis Antetokounmpo, en la cual le preguntaban sobre el fracaso tras una temporada muy mala de su equipo. A esa pregunta, el jugador responde de manera impecable en dos sentidos:
- Primero, menciona que el fracaso son los pasos que te llevan al éxito.
- Segundo, trae a colación a uno de los deportistas más exitosos de todos los tiempos, Michael Jordan, a quien señala como quien disputó alrededor de 15 temporadas, y ganó 6 títulos.
En una contra-pregunta al periodista se le interpela por si el haber perdido más de las que ganó lo hacían considerar al basquetbolista como un fracasado.
Estas dos consideraciones me han hecho reflexionar acerca de la dicotomía entre el éxito y el fracaso, sobre lo cual pude contestar de la siguiente manera:
En primer lugar, el éxito es un concepto subjetivo. Para una persona puede que Van Gogh fue éxito por lo que logró, especialmente después de su muerte y, para otra, seguro no lo fue, porque en vida vivió y terminó en condiciones poco favorables. En ese sentido, cada uno de nosotros puede contestar la pregunta qué es el éxito y darle su propia connotación.
No obstante y, como segunda reflexión, las redes sociales, las nuevas dinámicas y el acceso a toda la información, han hecho que se sienta una necesidad de lograr cosas que se presentan como exitosas. Por ejemplo, una familia, una súper casa, mucho dinero entre otros. Esto sucede, también, con emprendedores que empiezan a ver que su competidor ha levantado millones de dólares para su startup; pero ellos no, esto puede hacer sentir a ese emprendedor como fracasado.
Sin embargo, puede suceder que ese emprendedor que, aparentemente, es exitoso por haber levantado recursos, puede tener una vida desequilibrada, sin vida familiar y con altos niveles de estrés. Por eso, reiteramos, la visión de éxito es subjetiva.
En tercer lugar, poco se habla del fracaso. Como lo mencionaba el deportista, un fracaso bien gestionado puede llevarte al éxito. Aprender de los errores y de las situaciones que no salen como queríamos, puede llevarnos al siguiente nivel; por ende, es necesario que para llegar a nuestra propia cumbre. No podemos subestimar el éxito.
Por ende, no dejemos que nos abrumen con historias o con estándares sociales.
Busquemos qué significa ser exitosos para nosotros, y sepamos que para alcanzarlo lo vamos a tener que nutrir de fracasos para poder lograrlo. Tal cual como pasó con Michael Jordan, hubo temporadas donde no logró nada, pero es uno de los deportistas más relevantes de nuestra historia.
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