Cuando me pregunto, si tuviera la capacidad de crear cualquier cosa, sin ninguna restricción, ¿qué haría? La respuesta es: sanaría los corazones de todas las personas del mundo. Para mí, sanar el corazón significa aliviar el dolor que llevamos dentro, remover los rencores y los resentimientos y llenar el corazón de amor, perdón y paz.
Casi todos los días vivimos situaciones donde sentimos que nos faltaron al respeto o que nos hirieron los sentimientos, eso es parte de la experiencia humana. El problema es que no sabemos reparar ese dolor y por lo tanto se convierte en rencor y muchas veces lo expresamos dañando a otras personas.
Una de mis frases favoritas de Tony Robbins dice: “Todos los actos de los seres humanos, son o una expresión de amor o un grito de ayuda”. Estoy convencida de que nuestros gritos de ayuda, es decir, nuestra agresividad, egoísmo, envidia y demás comportamientos que hieren a otras personas, vienen desde nuestro propio dolor. Cuando nos sentimos heridos y no tenemos mecanismos para procesar lo que sentimos, el dolor crece, se convierte en rabia y luego reaccionamos hiriendo a otros. Creo que el deseo de dañar a otro se crea porque queremos que el otro sienta el dolor que nosotros estamos experimentando.
Alison Armstrong, la fundadora de Pax y experta en relaciones humanas, propone los siguientes pasos para sanar el corazón de otra persona. Digamos que Juana le faltó al respeto a Carlos y Carlos está molesto. Si Juana quiere sanar a Carlos y él está dispuesto a ser sanado, entonces juntos harían este proceso:
1. Carlos le expresa a Juana lo molesto que está y le explica lo que él sintió. Es importante que Carlos describa la experiencia completamente.
2. Juana escucha con atención y empatía, tratando de ponerse en los zapatos de Carlos.
3. Juana le dice a Carlos: “Siento mucho haberte faltado al respeto”. Es importante que Juana utilice las palabras exactas que Carlos utilizó para describir su experiencia.
4. Carlos recibe las palabras de Juana y en silencio observa si necesita algo más de ella. Si es así entonces van al paso número 1.
La clave de este proceso es que Carlos sienta que Juana puede entender lo que el vivió y sintió. Lo que sana nuestro corazón no son palabras, sino es la experiencia de sentir que hay otro ser humano que ha visto y comprendido mi vivencia. En este proceso no importa si Juana tuvo la intención de irrespetarlo y ni siquiera importa si objetivamente lo irrespetó, lo que importa es que Carlos se sintió irrespetado. Si quieres sanar el corazón de otro, debes dejar ir lo que dice la cabeza acerca de justicia o razón. Sanar a otro no es un acto de inteligencia, sino un acto de amor.
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