El corazón de la montaña, así se titula el libro en el que Luz María Montoya Hoyos recopila parte de sus crónicas, perfiles y reportajes, publicados en medios como Vivir en El Poblado, Centrópolis y El Colombiano. Sin duda, esta fue una excelente idea, tener sus textos reunidos en un solo volumen permite comprender en su verdadera dimensión a la autora.
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Luz María nació en Medellín, es periodista y editora. Una reportera con una inmensa capacidad para trascender hechos y personajes. En estas páginas nos encontramos con la narradora que sabe ahondar, escuchar, observar e interpretar, y que se atreve a escribir con cierto humor. La libertad que hay en estas páginas tal vez sea una de sus grandes virtudes.
¿De dónde sale la vena de escritora de Luz María?
“Crecí oyendo y leyendo buenas historias. Mi mamá era una narradora nata, que encantaba con su palabra, tanto en la conversación como en la escritura, pues era articulista y publicó varios libros de crónicas. Las tertulias familiares eran permanentes, sobre todo cuando estábamos de vacaciones en nuestra finca de Támesis con mis tíos. Todos eran grandes conversadores, grandes lectores. Eran conversaciones salpicadas de buen humor, de muchos datos, ricas en cultura. Eran historias de su niñez, de su juventud, del presente, de la realidad política del país, del panorama internacional, y todo era contado con mucha gracia. Yo era una niña muy callada y observadora que disfrutaba oyéndolos hablar. Entonces ahí empecé a tener conciencia de la importancia de las historias bien contadas”.
Ahí está el origen. También hubo otra influencia vital: el nacimiento del periódico El Mundo, en 1979, cuando ella estaba finalizando el bachillerato. Ese periódico se caracterizó en sus inicios por sus cronistas. Recuerda Luza, como muchos la llamamos, que “eran personas muy jóvenes que hacían magia con el periodismo, con la palabra, que te cautivaban de principio a fin. Entre los que más recuerdo estaban Ricardo Aricapa, Adriana Mejía, Pedro Nel Valencia, Fernando Cadavid, Ana María Cano, Maryluz Vallejo, en fin, muchos más. Ellos se convirtieron en un gran estímulo y reforzaron en mí el convencimiento de que atrapar al lector con una historia bien dateada era fundamental, de que la importancia del escrito no la daba tanto el hecho en sí, sino la manera de narrar del periodista, respaldado por una muy buena reportería e investigación. He de confesar que siempre tuve aversión por la típica ‘pirámide invertida’”.
Cuando Luza entró a estudiar Comunicación Social y Periodismo en la UPB se reafirmóen su deseo de escribir al acercarse a exponentes de lo que se conocía como el nuevo periodismo, entre ellos Tom Wolfe, Gay Talese y Truman Capote. “Periodismo y literatura reunidos en un solo género. Y aunque suene a frase de cajón, devorar a García Márquez, sus crónicas, sus novelas, estuvo entre lo más inspirador. El periodismo en manos de todas estas personas era definitivamente algo alegre, creativo, aunque se narraran hechos tristes y los mismos periodistas estuvieran conmovidos”.
Quienes se acerquen a este libro encontrarán una cartografía de Medellín de finales del siglo XX y principios del XXI, en algunos de sus hechos trascendentales y sus personajes del arte, las letras, la música o el teatro, también anónimos con historias que a veces nos hacen delirar. Si bien Luz María no ha pensado en la ficción ni en escribir novelas o cuentos, porquesu vocación es la del periodista que se nutre de la realidad para contar historias, muchas de ellas tocan con lo literario. Y aquí está una de sus claves, cuando afirma que “no tengo la imaginación del novelista, pero sí la capacidad de enamorarme o interesarme genuinamente por hechos o personajes apasionados por lo que hacen, y tratar de llegar a su esencia para escribir sobre ellos”.
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Entre otros, se destacan “Una conversación de amor con Fernando Vallejo”, las historias detrás del Festival de Ancón y sobre Posadita y el crimen de la ascensorista del edificio Fabricato; el perfil de Helí Ramírez, el del Negro Billy Echeverri, el de Carlos Mario Aguirre, Marta Elena Bravo y Clemencia Echeverri, quienes saben inspirar a sus lectores por sus vidas estimulantes y creativas.
Al terminar la lectura de El corazón de la montaña, uno siente que es una muestra de buen periodismo. Este libro debería estar como lectura recomendada para los periodistas que quieren ser cronistas. Luza les diría a ellos que “las historias se encuentran en la calle y no en los escritorios. Surgen al andar, al observar, al conversar, al estar atento, al salir del espacio de confort. Es tan emocionante y un gran privilegio tener esa licencia que el periodismo nos da para acercarnos con facilidad a alguien para tratar de entender por qué lo hace, cómo lo hace, a tratar de desentrañar los secretos de su talento, de su pasión y dejar constancia de eso mediante la crónica o los perfiles. Importantísimo tener mucha información sobre lo que se va a escribir, estar presente, consultar de primera mano y, por supuesto, buscar bibliografía antes y después de abordar al personaje o la noticia. Cuantos más datos mejor. Preguntar mucho, saber lo que más se pueda sobre el tema, hablar con distintas fuentes, aunque la mayoría de los datos no los incluyamos en la historia. Pero esto te permite conocer más, tener solvencia y tranquilidad para sentarte a escribir. Como dice el refrán popular, es mejor que sobre y no que falte”.
Esta selección de perfiles y crónicas constituye parte de la memoria de Medellín en las últimas décadas. Y es parte de la historia del Periodismo, con mayúscula.
Su andar
Luz María Montoya Hoyos fue reportera del periódico El Mundo, colaboradora de El Colombiano, corresponsal en Antioquia y Chocó del Noticiero TV Hoy, directora de Teleantioquia Noticias, subdirectora de Noticias Telemedellín, jefe de redacción de Hora 13 y editora del periódico Vivir en El Poblado.
El corazón de la montaña tiene el acompañamiento editorial del escritor Gustavo Arango (Ediciones El Pozo) y Samán Editores. Sus ilustraciones son de Gloria Edith Gómez y algunas de las fotografías son de León Darío Peláez. Fue publicado a través de Amazon y también está impreso.