El alma de Casa Tiz

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Lo dice con una alegría sutil: soy ama de casa. Pasarán solo minutos hasta que el oyente o el espectador entienda que arregla la mesa del comedor con belleza, enciende velas sin olor para que todas las personas estén cómodas o puedan servir la comida en la misma vajilla de platos despicados y con valor sentimental que compró hace décadas. Porque está convencida de que las ocasiones especiales son todos los días.

Beatriz Gallo, más conocida como Tiz, es una mujer que no pasa desapercibida aunque esté en silencio o en un costado de la sala.

No había cumplido los 30 años cuando ya tenía 3 hijos. Se casó con Eduardo, un joven agrónomo al que conoció mientras ella estudiaba derecho (ella se graduó en periodismo) y con el que abandonó Colombia ante una oferta laboral de él. Las tareas domésticas no fueron obstáculo para que mostrara su capacidad de contar historias: “Mensaje para Mauricio” era el título de un correo electrónico que con frecuencia le enviaba a su hermano, en Medellín, y en el que ella le contaba detalles de la vida.

“Me gusta observar, aprender y dejarme sorprender. Y comprobar que se pueden lograr cosas bonitas siendo natural”

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Era el año 1996, y en aquella época esa forma de comunicación era para unos cuantos. Ese mensaje llegaba al computador de una oficina y al final era leído por personas desconocidas que querían saber cómo había estado aquel día de nieve o cómo iban las clases de inglés. A su paso por Estados Unidos, le siguieron Brasil y después El Retiro, el pueblo al que llegó ante la jubilación de su esposo y después de 30 años de lejanía.

La enfermedad de su mamá, regresar y dejar los hijos afuera le causaron algunos ataques de pánico que logró resolver. En el 2017 creó una cuenta de Instagram que llamó Casa Tiz y “nació para compartir”, explica. A recetas en tiempos de pandemia e historias, le siguió su presencia: “Aunque lo pensé mucho, acepté aparecer porque las personas asocian las cuentas con una cara”; antes eran fotografías de mesas, recetas, el paisaje.

A partir de ahí, todo fue ascenso: seguidores, mensajes de personas provenientes de barrios, pueblos o ciudades lejanas y cercanas. A esto se sumó el interés de las marcas en aparecer en su cuenta. El punto más alto de este camino es la publicación de un libro titulado Casa Tiz lo mismo pero distinto, que reúne sus recetas e historias y fue lanzado el pasado jueves, 17 de agosto, con el propósito de acompañar y mostrar que es posible ser feliz en casa y cuidar una familia, como tarea principal, si alguien así lo decide. En la segunda parte de su dedicatoria se lee: “Para las personas que, como yo, decidieron quedarse en casa y realizar esa labor tan valiosa de ser mamás y papás de tiempo completo, para acompañar”.

En su libro también aparecen algunas frases suyas: “Agradecer el momento, no dar nada por sentado o que las copas se despiquen brindando”. A su lado está Eduardo, el hombre al que le agradece, desde los 19 años: “Por ser, dejar ser y acompañar a ser”. 

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