Decía la muy original ministra Irene, durante el reciente Foro Económico Mundial en Davos, que Colombia, consciente de que debe reducir el impacto negativo de su economía extractivista, voluntariamente renuncia a que se explore más petróleo y gas en nuestro país. Para ir facilitando la transición hacia fuentes de energía más amigables con el medio ambiente y reducir el impacto del cambio climático.
Animadas por la valentía de Irene, otras carteras ya preparan sus propuestas para ir presentando en diversos foros durante 2023 y en Davos en 2024.
La cartera de agricultura ha encontrado estudios aparentemente muy serios que vinculan directamente el consumo de café con afecciones cardíacas, renales y hepáticas, además de trastornos de sueño y comportamientos depresivos.
Coherentes con la responsabilidad que le asiste a Colombia en reducir estas enfermedades y buscando un mejor futuro para los consumidores de todo el mundo, Minagricultura prepara su anuncio de que ya no sembraremos más café. Mantendremos y cosecharemos el café ya sembrado, pero lideraremos la transición hacia otras bebidas que sí favorezcan la salud de los consumidores.
Tampoco exploraremos más carbón. Y algo haremos con la ganadería, responsable de una fracción importante de los gases de efecto invernadero en la atmósfera.
¡Colombia, potencia mundial de la vida!
Ya está claro que Petro y su kínder pretenden reemplazar con turismo los más de USD 12.000 millones de ingresos en divisas que hoy percibimos por exportaciones de petróleo y sus derivados. Entonces, con un pequeño esfuerzo adicional también reemplazaremos con más turismo esos otros productos perniciosos en los que se ha basado equivocadamente la economía colombiana. Todo por esa ambición insaciable de ganancias que han tenido las élites colombianas y que solo este gobierno se atreve a desafiar.
OK, de acuerdo. Lo anterior no ocurre aún. Pero podría ocurrir. Ya se nos agotó la capacidad de asombro ante la lógica casi infantil de este gobierno.
¿Cuadruplicar el turismo con estas carreteras deplorables, que justo van a recibir mucho menos dinero por no poder aumentar sus peajes con la inflación? ¿Con estos aeropuertos ya saturados? ¿Con esta inestabilidad jurídica?
¿Y, caramba, sin haber desarrollado nuevos destinos turísticos? Seguimos con casi los mismos de hace 50 años…
¿Y lograr todo esto, que en condiciones normales requeriría de décadas de enfoque e inversión, sin el dinero que hoy nos llega por exportaciones de hidrocarburos?
Ah, claro. No se menciona para nada la renuncia seria de Colombia a sembrar miles y miles de hectáreas de coca. Quizá, dirá el Gobierno, ¿no hay pruebas suficientes de que es perjudicial para la salud del mundo?
La próxima semana, más cuentachistes…