Por Medellín pasó este músico que emigró hace un tiempo para estudiar dirección de orquesta en Viena, una ciudad europea donde se reúnen experiencia y conocimiento. Este egresado de la Universidad Eafit celebra la agenda cultural local y le gustaría regresar para compartir sus talentos
En febrero del 2021, Andrés Uribe Jiménez se subió a un avión que tenía a Austria como destino. Viajó hasta ese lugar porque “por Austria pasa todo el mundo”, en términos musicales, dice. Aunque ya había estado ahí, sabía que estar en esa ciudad sería una suma de aprendizajes en las que su esfuerzo y actitud serían determinantes, en todos los sentidos. Sin entrar en detalles, cuenta que ha sido una experiencia compleja y satisfactoria, a la vez. Llegó hasta allí como egresado de la Escuela de Música de la Universidad Eafit y con el propósito de ser uno de los directores futuros destacados, en Medellín, para poder disfrutar, y aportar a que la vida de las personas sean mejores.
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Para lograr su propósito, ha estudiado alemán, ha estado en cursos variados y también ha recibido el apoyo del maestro Alejandro Posada de Iberacademy. Le interesa ganar experiencia con ensambles y músicos conocedores. Por eso asiste a clases variadas y aprovecha todas las experiencias del camino.
El origen y lo que viene
Atribuye la decisión de dedicarse a este oficio al ambiente de su casa, un lugar en el que ha vivido una familia que ha convertido la música, de géneros variados, en protagonista de sus días. A través de su papá conoció a Bach, un compositor clásico con el que siente “una conexión especial” por el “universo inagotable” que tiene. “Crecí en un ambiente con mucha música y finalmente sentí que había descubierto ese camino que necesitaba seguir”.
En Viena ha aprendido valores como el orden y la puntualidad y la precisión en la información. De Medellín se llevó la sensibilidad hacia lo que pasa en la calle, y la conciencia social que permite ver los problemas propios y ajenos, las oportunidades que faltan.
Ahora, en su paso breve por Medellín, antes de continuar sus estudios, tuvo la oportunidad de dirigir la Orquesta Iberacademy, en un concierto que se convirtió en homenaje a la maestra y pianista Consuelo Mejía, el pasado 16 de septiembre.
En este viaje también pudo enterarse de toda la agenda cultural que sucede, en este momento, en Medellín, y de la que le gustaría ser parte, en el futuro. “Veo una ciudad muy musical, en la que hay muchas oportunidades para la cultura” y en la que queda bastante por hacer, en términos de difusión y trabajo conjunto, entre instituciones”.
Está convencido que la música ofrece la posibilidad de “refinar todo y hacerlo más bonito”. Y espera, en el futuro, poder aportar a Medellín, esa dosis vital y necesaria de belleza que puede ayudar a que todo sea mejor; ojalá distinto, y para bien.