270 hectáreas recuperadas ambientalmente en Guasca y Guatavita, en Cundinamarca, son el nuevo hábitat del oso andino y otras especies.
EPM de la mano de la Fundación Natura entregó estas hectáreas reforestadas para su desarrollo y expansión que no solo beneficiarán al oso andino, sino también a aves, especies nativas como los frailejones y la microfauna que allí habita.
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Se trata de la compensación ambiental dentro de los compromisos de EPM por la construcción de las líneas de transmisión de energía eléctrica Nueva Esperanza, en Cundinamarca.
Los predios El Banqueo en Guasca y El Palmar en Guatavita fueron recuperados ambientalmente en este proceso para la vida natural y silvestre, permitirán la propagación de especies nativas y el desplazamiento de fauna de la región como el oso andino.
“Nos enorgullece mucho hacer entrega hoy a las autoridades locales y a la comunidad dos lotes reforestados, que esperamos sean un impulso importante para desarrollar aún más la vocación ecológica de la región. Destacamos, como un gran acierto, la vinculación que se hizo de la comunidad en el proceso”, destacó Jorge Andrés Carrillo Cardoso, gerente general de EPM.
Acciones de conservación y restauración
Con el trabajo de EPM y la Fundación Natura en zona de influencia de las líneas de transmisión de Nueva Esperanza se implementan acciones de conservación y restauración de ecosistemas andinos y altoandinos, promoviendo la participación de las instituciones locales y de la comunidad. Un proceso que vincula a los diferentes actores de la región y fortalece el tejido social.
EPM adquirió 5 predios en Cundinamarca: El Banqueo en Guasca, El Palmar en Guatavita, La Esmeralda y Peñas Blancas en Bojacá y Santa Rosa en Sibaté; dentro de los cuales se realizan las acciones de compensación ambientales por sustracción de áreas protegidas nacionales y regionales, respectivamente.
Riqueza ambiental
El predio El Banqueo en Guasca se caracteriza por ser un ecotono de transición de bosque alto andino y páramo, con 17.5 hectáreas dedicadas a restauración y en el que se encuentran importantes especies nativas como el Gaultheria myrsinoides (chirriadera), Hesperomeles goudotiana (mortiño), Weinmannia tomentosa (encenillo), Macleania rupestris (uva camarona) y Cavendishia bracteata (uva de anís).
Por otro lado, en el predio El Palmar en Guatavita domina el ecosistema de páramo en sus 250 hectáreas, en las que se han implementado acciones de conservación como monitoreos de fauna y de vegetación, que han demostrado la importancia de este predio para la conservación de la diversidad de la región.
Algunas de las especies de importancia que se pueden encontrar en El Palmar incluyen el Tremarctos ornatus (oso andino), Pyrrhura calliptera (periquito aliamarillo), Pentacalia nítida, Pentacalia pulchella, Pentacalia ledifolia (romeros) y cuatro especies distintas de frailejones (Espeletia argentea, Espeletia grandiflora, Espeletia quilipiana, Espeletia corymbosa).
Restauración de ecosistemas andinos y altoandinos
Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo y una de sus problemáticas ambientales es la degradación de sus ecosistemas. Precisamente en el País, los bosques más afectados por la presión ejercida por las acciones humanas son los de montaña y alta montaña y es precisamente allí donde radica la importancia de esta actividad de EPM y la Fundación Natura.
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“Mediante procesos de propagación de especies nativas en viveros especializados en ecosistemas de alta montaña, se ha podido lograr la propagación de más de 74 especies nativas de ecosistemas de páramo, bosque altoandino y bosque andino”, afirmó Oriana Serrano, jefe del Proyecto por parte de la Fundación Natura.
Los demás lotes reforestados se entregarán en el segundo semestre de este año y ayudarán a la conservación de la cordillera central, recuperando estos ecosistemas y minimizando los impactos generados durante décadas.