/ Juan Carlos Vélez Uribe
En el mes de noviembre del año pasado se produjo una noticia de la mayor importancia al hacerse público el hallazgo de tres pumas, una hembra y dos cachorros, en la reserva del municipio de Sabaneta denominada La Romera. Que por las montañas que circundan el Valle de Aburrá existan este tipo de felinos definitivamente nos obliga a prestarle suma atención a ese hecho.
Significa que en los alrededores de Medellín hay una cobertura boscosa, no solamente muy extensa, sino que para que haya presencia de esos animales debe estar en muy buenas condiciones. Es decir, debe haber el número de presas suficientes para que puedan existir carnívoros del tamaño de un puma.
De tiempo atrás hemos venido insistiendo en que es necesario declarar las zonas boscosas de los municipios de El Retiro, Envigado, Sabaneta y Caldas como Parque Nacional Natural. Es uno de los últimos reductos importantes de bosque andino que quedan en nuestro departamento. Ello es necesario hacerlo rápidamente con el propósito de frenar la presión urbanística que empieza a presentarse en esta zona. Conservar este territorio, que por fortuna ya cuenta con algunas reservas como la de La Romera en Sabaneta y la de San Sebastián en El Retiro, es una necesidad urgente.
Si logramos ese propósito, el Valle de Aburrá se convertiría en uno de los más importantes destinos ecológicos del país. El contar con ese parque nacional propuesto para una zona que comenzaría en el nacimiento del Río Medellín y que podría llegar hasta el corregimiento de Las Palmas, en Envigado, incentivaría el número de turistas que visitan nuestra ciudad. El turismo que busca la observación de la naturaleza es uno de los de mayor crecimiento del mundo. Además se requiere conservar debidamente el área donde nacen las aguas que alimentan nuestro río.
Si a ese parque nacional que proponemos lo complementamos debidamente con otra zona de un valor ecológico y recreacional importante como lo es el Parque Arví, podríamos catapultar a Medellín como uno de los mejores destinos del país para observación de naturaleza. En estos primeros días de enero, cuando tuve la oportunidad de visitarlo, me sorprendí por el gran número de turistas extranjeros que lo recorrían.
Con respecto al Parque Arví, que tiene una extensión importante de 1.800 hectáreas y que fue adquirido por EPM con el fin de conservar las aguas y bosques alrededor de la Represa de Piedras Blancas, es necesario tratar de aumentar el bosque andino nativo, ya que la presencia de tanto pino, especie exótica, no permite la plena recuperación de la fauna autóctona de la región. Sería muy conveniente que allí también lográramos la reintroducción de algunas especies animales nativas.
Proteger los bosques de las partes altas de las montañas que circundan el conglomerado urbano del que hacen parte 10 municipios del Valle de Aburrá, debe ser un propósito común de todos los dirigentes de esta región. Las generaciones venideras sabrán agradecerlo cuando puedan seguir conociendo de la presencia de pumas a solo 20 minutos por carretera de las ciudades que conforman nuestro valle.
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