Debatiendo con algunos amigos sobre la problemática de la ciudad y en especial de la situación de seguridad que nos aqueja, alguno de ellos afirmaba con ahínco que era muy difícil lograr la plena convivencia en Medellín si todavía hay muchos niños que en los barrios más pobres se acuestan con hambre. Alguno de los asistentes ripostó diciendo que ello era imposible en una ciudad que había sido catalogada como la más innovadora, que tenía los más modernos sistemas de transporte del país y donde ya habíamos contado con cantantes de talla internacional como Madonna y Beyonce, además de haber celebrado el Foro Urbano Mundial con gran éxito…. ¿Cómo así que aún hay niños que se acuestan sin poder comer?
La verdad es que Medellín es una ciudad de contrastes. Mientras nos ponemos a la vanguardia en temas que nos ubican en la órbita de las principales ciudades del mundo, en otros aspectos seguimos en la retaguardia, como ocurre con la inclusión social, la desnutrición infantil, el embarazo de adolescentes, el microtráfico, la violencia intrafamiliar, los atracos callejeros, la falta de vivienda, el empleo informal, etcétera. En muchos otros asuntos seguimos rezagados y a pesar de los esfuerzos de varias administraciones municipales aún falta mucho por hacer para mejorar las condiciones de convivencia de la ciudad.
La situación de la educación pública en Medellín, como ya lo hemos mencionado, sigue siendo crítica, pues a pesar de la construcción de varias instalaciones educativas –hay que reconocerlo, de muy buenas especificaciones– el Municipio aún no ha sido capaz de implementar la jornada única, y la calidad de la educación todavía no muestra síntomas de mejoría, pues en las pruebas Saber a Medellín no le ha ido muy bien.
En lo que tiene que ver con la alimentación de nuestros niños y jóvenes, todavía se requieren esfuerzos para mejorar la nutrición de esta población, sobre todo la más pobre. Según el ¨Diagnóstico Situacional de la Infancia y la Adolescencia en el Municipio de Medellín”, publicado por la Alcaldía en 2012, la inseguridad alimentaria afecta al 60 por ciento de los hogares de la ciudad y en algunas comunas llega hasta el 80 por ciento.
En lo que tiene que ver con el embarazo entre adolescentes, aún tenemos cerca de siete mil casos al año en la ciudad, cantidad que se ha estabilizado –con un leve aumento en el 2012– según el informe de “Medellín como vamos”.
El microtráfico sigue mostrando cifras preocupantes, como lo señalaba en una carta el año pasado Monseñor Ricardo Tobón, Arzobispo de Medellín, quien planteaba que este “negocio” supera los dos billones de pesos al año en la ciudad e involucra al 85 por ciento de la población juvenil de las comunas.
En conclusión, muy importante ha sido el posicionamiento internacional de la Medellín pero no podemos olvidar que seguimos siendo una ciudad que requiere muchísima más inversión social en los barrios más pobres, sin dejar de pensar en los más pobres de nuestros municipios vecinos, como lo mencionábamos en una columna anterior.
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