En las campañas para atraer visitantes, Medellín ha sido catalogada como “la más cool” y “la más innovadora”. ¿Pero es realmente una ciudad turística?
Muchas cosas han cambiado en Medellín a raíz de la pandemia, y una de ellas es la disminución en la afluencia de turistas extranjeros, sobretodo en el sector de El Poblado. Pero todo parece indicar que el flujo de visitantes se está estabilizando, y nuevamente escucharemos en nuestras calles distintos idiomas, lo que es una buena noticia para el sector del turismo y del entretenimiento, uno de los más golpeados por el COVID19.
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Los datos los ha dado Flavia Santoro, presidenta de ProColombia, a inicios de septiembre: Antioquia es el segundo territorio del país que más visitantes extranjeros ha recibido en lo que va de este 2021, con un total de 53.800 viajeros, y Medellín ha sido la segunda ciudad colombiana de donde salieron más vuelos. A este dato se suma una importante declaración de Lonely Planet, un referente mundial en materia de turismo. Al revelar la lista de Best in Travel (mejores lugares para viajar), que es el listado que refleja las tendencias del turismo sostenible y los destinos atractivos para los viajeros, destacó a Medellín como uno de los destinos que están transformando la industria de los viajes.
La información de Procolombia y de Lonely Planet se puede confrontar con la oferta hotelera en Medellín, que, si bien ha sufrido graves carencias a raíz de la pandemia, muestra un dinamismo sostenido que presagia mejores momentos. El pasado 17 de septiembre, por ejemplo, se hizo en Medellín el lanzamiento de uno de los hoteles más lujosos de la ciudad: el York Luxury Suites de la colección Bluedoors Apartment. Era su “presentación en sociedad”, porque el hotel ya había sido abierto, en plena pandemia, hace 11 meses, y desde el primer momento ha contado con huéspedes asiduos, dispuestos a pagar la tarifa de un hospedaje con “experiencias súper wau”, diseñadas especialmente para largas estadías, como lo describe la misma compañía en su comunicado de prensa.Surge, entonces, la pregunta: ¿Es ya Medellín una ciudad turística?
En el lanzamiento del Bluedoors, el exministro Gabriel Vallejo, experto en servicio al cliente y estrategias organizacionales, asesor de la cadena hotelera, se refirió a Medellín como “una ciudad mágica”. Las cualidades que él describe son muy parecidas a las que ya estamos acostumbrados a escuchar: “la amabilidad de la gente, el estilo, el diseño de las cosas, la ciudad per se… Ustedes tienen unas características personales que hacen de suyo que sea distinta la percepción de la gente. El temperamento de los paisas es distinto al del resto del país. Por ejemplo, cuando yo me subo al taxi, y el taxista me dice, arriba en Rionegro, ‘dígame adónde quiere pararse a comer algo, que yo lo espero’. Eso es único”.
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Pero, dice Vallejo, no nos podemos quedar “dormidos en los laureles”, sino que hay que ir más allá: “Hay un error conceptual de la gente: no es cierto que el servicio en Medellín sea mejor que en el resto del país. Es decir, la fila del banco de acá es igual a la fila en Bogotá. Dicho eso, lo que creo que les falta a los medellinenses es creerse el cuento de que esta ciudad puede ser una ciudad turística, y creérselo es muy importante, porque el primero que tiene que empezar a vender esta ciudad es cada uno de ustedes”.
Esto implica mejorar el servicio para que esos turistas que viven en Medellín una “experiencia wau” -y no solo en un hotel de lujo-, quieran volver. Según Vallejo, “hoy, más que nunca, el negocio del servicio no es vender sino retener al cliente”.
En Medellín tenemos la materia prima, pero nos falta desarrollar el producto: “Debemos interiorizar que el reto y el problema del servicio no es una dificultad de las empresas, es un tema de la vida que gira en torno a la cultura; es relevante generar ese nivel de conciencia. Hay que servir con actitud, muy anclada en el ser, en las cualidades y en la pasión”, dice Vallejo.
En Medellín tenemos hoy muchos turistas satisfechos, pero ¿esos turistas satisfechos realmente atraen más turistas?
¿Qué hace que un hotel sea Luxury?
El nuevo York Luxury Suites Medellín Bluedoors promete en su publicidad “experiencias súper wau”. ¿De qué se trata? Es un edificio de 23 pisos y 11 suites, en plena Milla de Oro de la avenida El Poblado, en el que se invirtieron cerca de 45 mil millones de pesos para la construcción de habitaciones domotizadas y una piscina en la terraza, con vista de 360° sobre la ciudad. Las sábanas, de puro algodón de 400 hilos; y los artículos de tocador, Salvatore Ferragamo y L´occitance. Pero, según Fernando Sánchez Paredes, CEO de la cadena, “contamos con la única ventaja competitiva que existe, que es el servicio al cliente”.