Estamos llenos de sueños pero al mismo tiempo sentimos miedo. Muchos creen que para poder alcanzar una meta o realizar un sueño deben eliminar el miedo, pero eso no es posible, nunca nos liberamos de él. El miedo es natural, es parte de la experiencia humana, es un mecanismo de nuestro cuerpo y de nuestra mente para ayudarnos a sobrevivir. Todos lo sentimos y entre más altas son las metas que nos ponemos, entre más nos comprometemos a vivir una vida alineada con nuestros valores -siempre en evolución, siempre en crecimiento- nos enfrentamos a más miedos. La única manera de no sentir miedo es quedarnos donde estamos, quedarnos en nuestra zona de confort, no soñar, no vivir… y aun así no hay garantías.
Si bien sentimos miedo y tenemos esas voces en nuestra cabeza que nos dicen que no somos capaces, que no somos suficientes, todos tenemos también una parte de nosotros que sabe que sí podemos, que conoce con absoluta certeza nuestra grandeza. Es la voz de nuestro sabio interior. Esa voz nunca es la voz del miedo, esa voz está llena de fortaleza y certeza, sabe la verdad sobre quiénes somos y para qué fuimos creados cada uno de nosotros. Sabe que nuestro potencial humano es ilimitado y reconoce que estamos en evolución constante.
Todos los días nos vemos enfrentados a dos caminos: el camino fácil y el camino a nuestros sueños… y el camino a nuestros sueños es una calle empinada. Cada día tenemos el regalo, la libertad, de elegir. Como nos enseñó Viktor Frankl: “Todo puede serle arrebatado a un hombre, menos la última de las libertades humanas: el elegir su actitud bajo cualquier circunstancia, el elegir su propio camino”.
El único que te frena a elegir el camino a tus sueños eres tú. Tu único contrincante vive en ti. Lo que ves afuera es solo un reflejo de lo que lo que te permites tener adentro… tus miedos, tus inseguridades, tu falta de fe. Y aunque estas voces que nos limitan se sienten como verdades, el secreto está en saber que no son reales, que son simplemente un producto de nuestra imaginación. No todo lo que pensamos es verdad, y por lo tanto no tenemos que creerlo.
Hoy elige sólo creer en tu verdadera voz. Hoy decide que no te vas a resignar a vivir una vida diferente a tu sueño más grande; la vida que tiene todo lo que deseas y más. Hoy reclama quién eres realmente, recuerda que eres un creador y que estás vivo para dar amor, para entregar felicidad y para romper las barreras. ¡Tu vida importa! Hoy desafía el miedo, hoy muéstrale que tú eres más fuerte, más poderoso. Hoy vive con la determinación de tu corazón y no con el miedo de tu cabeza. ¡Hoy vive con valentía! Y recuerda: “La valentía no siempre ruge. A veces la valentía es esa silenciosa voz que al final del día dice: mañana lo intentaré de nuevo” (Mary Anne Radmacher).
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