Los centros de las ciudades tienen magia. Y cuando estos se potencian hay motivo para celebrar. Esta semana, un proyecto de largo aliento dio un nuevo paso.
Hace cuatro años nació un sueño en un área clave del centro de Medellín. Los ojos están puestos en el sector de San Ignacio, sin embargo, al hacer zoom, el espectro se crece.
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Cuando se habla del Distrito Creativo y Cultural San Ignacio, hay que dimensionarlo como una intervención integral que hace una apuesta por el hábitat, la movilidad sostenible, la recuperación de espacios. Tiene que ver con hacer visible aquello que está allí enriquecido con una historia que cruza por lo educativo, lo cultural, lo recreativo, lo patrimonial y que se fortalece con sus habitantes. Son 126 predios, 61 hectáreas y cuatro barrios, San Ignacio, La Candelaria, Bomboná y Colón. 120 mil personas serán impactadas directamente, 20 mil habitantes, 100 mil estudiantes. A ellos se suman los visitantes y empleados del sector que serán impactados de manera indirecta.
Es un escenario muy vivo, dice Hernando Gómez Botero, director de este sueño llamado Proyecto San Ignacio, Patrimonio, Cultura y Educación, que es liderado por el Grupo Argos, Proantioquia, Comfama y la Universidad de Antioquia, cada uno, como aliado, aportando, no solo económicamente, sino desde sus saberes y experiencia, y con apoyo de la Alcaldía de Medellín, que lo ingresó al Plan de Desarrollo, y que, con el Ministerio de Cultura, le dio el aval de Distrito Creativo y Cultural.
Un lugar para levantar la vista
El proyecto se expande desde el Conjunto Arquitectónico San Ignacio (Paraninfo de la Universidad de Antioquia, Claustro Comfama, Antigua Escuela de Leyes, Iglesia y Plazuela de San Ignacio) y está entre la carrera 46 (Avenida Oriental) y la carrera 37, y la calle 46 hasta la calle 52 (Avenida La Playa). Este es un lugar para recorrer, para disfrutar levantando la vista, observando cornisas y balcones; para sentir el rumor del viento en las hojas de sus árboles, para gozar de sus fachadas y su gastronomía.
Es un distrito activo -no inducido-, es decir, que se ha formado de manera espontánea, con sus centros educativos, teatros, bibliotecas, parques y viviendas. Un conjunto que se ha ido armando a lo largo de los años con unas características muy particulares. Ahora se procura potenciar su vitalidad, evidenciándola.
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Sus inmuebles están marcados por el tiempo y, algunos de ellos han sido restaurados y renovados, por medio de un trabajo hecho con rigurosidad, como el edificio del Paraninfo de la Universidad de Antioquia y el claustro de Comfama; sus restaurantes recorren una amplia geografía, sus bares y tiendas invitan a la conversación. Un lugar habitado por familias que han vivido allí por décadas, también por nuevos inquilinos que han optado por apropiarse de ese centro que ahora se ve como refugio y no solo como lugar de paso.
Allí están la antigua Facultad de Derecho, las Iglesias de San Ignacio y San José; la Placita de Flores, el Teatro Pablo Tobón Uribe, el Palacio de Bellas Artes, la Casa Barrientos; las sedes de Matacandelas, Pequeño Teatro, La Pascasia y Homero Manzi; las Torres de Bomboná, el Museo Casa de la Memoria. Sus edificaciones patrimoniales, que tendrán sus puertas abiertas, tienen ese hondo sentido que da su arquitectura y lo vivido en ellas. Son memoria.
Es un proyecto que requiere inversión y compromiso. Y mucha acción. Ha habido experiencias gratificantes, como el Festival de Teatro San Ignacio, en el que participan grupos internacionales y locales. Además, la empresa privada ha realizado algunas mentorías y asesorías en gestión dirigidas a líderes culturales.
Este territorio se reconoce como un distrito de todos, con una gobernabilidad conjunta. No se trata de transformaciones físicas, dice Hernando Gómez, lo que se busca es unir a la sociedad de una manera integral. No hay nada improvisado. Al inicio se hizo un diagnóstico, se formularon las premisas y los principios, se planteó la estructura, se definió el presupuesto, se buscaron aliados. Todo se ha ido dando paso a paso gracias a la persistencia y coherencia de unos socios y gestores que hoy ven ese sueño convertido en una realidad con mucho vuelo.
Esto ha sido posible por la conjunción de un grupo de personas de muchos saberes. Arquitectos, urbanistas, empresarios, escritores, directores de teatro, músicos, artistas plásticos, gestores, docentes, se han unido en un trabajo en el que han sido vitales los habitantes del sector, que han aportado con su experiencia, preocupaciones y propuestas. Resume una mirada plural, con un interés mayor, construir ciudadanía y sacar adelante acciones desde una perspectiva económica y de desarrollo en ese amplio abanico de la cultura, la educación y la formación de públicos.
La economía creativa
Todo este trabajo previo dará sus frutos: en próximos días, el Ministerio de Cultura de Colombia y la Alcaldía de Medellín darán a conocer la declaratoria como Distrito Creativo y Cultural al Proyecto San Ignacio, Patrimonio, Cultura y Educación. Un reconocimiento formal que evidencia un trabajo organizado, participativo. Así, este distrito entra a la legislación de Economía Creativa. Este es un aval fundamental que le permitirá conectar con la Red Mundial de Distritos Culturales y Creativos.
Los retos de estos territorios están marcados por la creación de estrategias para la convivencia, la transferencia de conocimiento, la inclusión, el fortalecimiento de dinámicas de trabajo conjunto. Un Distrito Creativo estimula el desarrollo económico a partir de la transformación urbana, la creatividad y la cultura, con una economía de la aglomeración que es generadora de intercambios que impulsan ramas tan distintas como lo pueden ser la hotelera, el diseño de escenarios, la enseñanza de los idiomas o la producción audiovisual y la creación de industrias conexas.
Hernando Gómez Botero, ingeniero civil, máster en Desarrollo Económico y en Urbanismo y Cultura Urbana, y quien lideró el proyecto Transformación de Ciudades, del Grupo Argos, reitera que este no es un proyecto de renovación urbana. No implica la gentrificación. Es decir, permite a los habitantes del sector quedarse allí. Se construye con todo lo que envuelve el territorio, familias, artistas, educadores, estudiantes, tenderos, sastres y un largo etcétera. No hay que desplazar para revitalizar la zona. Se quiere que todos permanezcan.
El símbolo de este proyecto es una baldosa pintada de varios colores que representa la identidad del lugar y su riqueza, como un gran collage. Nació de una serie de talleres y en ella hay un mundo contenido que ahora está en expansión. Representa pasado, presente y futuro. ¡Nos vemos en el Distrito San Ignacio!
Las cifras lo dicen
- 40 espacios culturales
- 5 claustros
- 12 espacios para las artes escénicas
- 10 bibliotecas en espacios culturales
- 8 galerías
- 1 museo
- 5.774 sillas en 34 espacios
- 360 eventos culturales al mes
- 119 servicios conexos (hotelería, cafés, bares y restaurantes)
- 2 sitios arqueológicos
- 21 espacios declarados bienes de interés cultural
- 56 predios en proceso de declaratoria
- 11 parques, plazas y pasajes
- 48 sitios de interés histórico
– Ruta cultural
- Claustro Comfama San Ignacio
- Comfama San Ignacio
- Centro cultural Siete Ovejas
- Teatro Matacandelas
- Corp. Ateneo Porfirio Barba Jacob
- Casa Pascasia
- Elemental Teatro
- Taller Siete
- Gora (Nuevo)
- Casa del Tango Homero Manzi
- Teatro Popular de Medellín
- Corporación Teatro El Trueque
- Placita de Florez
- Museo Casa de la Memoria
- Teatro Pablo Tobón Uribe
- Agité
- Bellas Artes
- Pequeño Teatro de Medellín
- Comfenalco La Playa
– Ruta de la educación
- Paraninfo UdeA
- SENA
- Antigua Facultad de Derecho
- Instituto Ferrini
- Cesde
- Col. Militar José María Córdoba
- Cefa
- U. Cooperativa de Colombia
- Escolme
- IE. Héctor Abad Gómez
- Jardín “Gota de Leche”
- U. Antonio Nariño
- Escuela del Maestro
- Corporación U. Americana
- Bellas Artes
- Col. Militar Pedro Nel Ospina
- Politécnico de Antioquia
- Club Medellín – Censa
– Ruta de la educación
Muchos de las sedes de las instuciones y organizaciones ya mencionadas ocupan edificaciones que son patrimonio.