/ Carolina Zuleta
Uno de los temas que más me ha fascinado en el último año es el nivel de energía que tenemos. He querido entender por qué algunos días nos sentimos llenos de vitalidad y ganas mientras que otros sentimos pereza, no queremos levantarnos de la cama y todo nos cuesta más. Para mí no hay nada más rico que la sensación de levantarme feliz, llena de energía para llevar a cabo todas las actividades del día y mantener esa energía hasta la hora de dormir.
¿Cómo hacemos para mantener un alto nivel de energía cada día?
Con un poco de investigación he encontrado que nuestros patrones de sueño, lo que comemos, el ejercicio y el nivel de estrés afectan el nivel de energía que tenemos durante el día. Existen muchas estudios e información acerca de cómo estos factores influyen en nosotros, pero he descubierto que hay otro elemento que también tiene un impacto grande: nuestra integridad personal.
Según el diccionario de la Real Academia Española, íntegra es una persona recta, proba, intachable. Pero hoy quiero hablar de la palabra integridad de una manera diferente, proponer que integridad personal es cuando lo que pensamos, hacemos y decimos es congruente.
Muchos de nosotros pensamos que queremos hacer algo y luego no lo hacemos, procrastinamos. ¿Te ha pasado, por ejemplo, que dices que vas a ir al gimnasio y no vas? ¿Hay tareas que tienes pendientes hace varias semanas? ¿Meses?
Procrastinar nos roba energía por varias razones:
1. Pensamos mucho. Gastamos muchísima energía repasando la lista de cosas que debemos hacer pero no hemos hecho, en vez de estar utilizando esa energía para crear o hacer.
2. Nos criticamos. Cuando no hacemos lo que dijimos que haríamos nos empezamos a culpar o a criticar por no haberlo hecho. Esta crítica nos puede hundir, paralizar y robarnos nuestro poder personal.
3. Creemos que no somos capaces. Finalmente, cuando empieza a pasar mucho tiempo sin hacer lo que decimos que vamos a hacer, empezamos a creer que no somos capaces de hacerlo.
Por el contrario, cuando hacemos lo que pensamos o decimos, nos sentimos bien con nosotros mismos. La energía la estamos utilizando en progresar, nos sentimos orgullosos y empezamos a creer que sí somos capaces, entonces cuando llega un nuevo proyecto o reto tenemos más energía para enfrentarlo.
La integridad personal es una práctica, no es algo a lo que se llega. Entre más practiques vivir con integridad más fácil te queda seguirlo haciendo y más fuerte te vas a sentir.
Empieza hoy. Haz una lista de cosas en las que estás procrastinando. Por 30 días, elige entre uno y tres asuntos de la lista y hazlos. Si solo puedes hacer uno, está perfecto. Lo importante es que cumplas lo que elijas. No se trata de hacer todo, sino de cumplir con tu palabra para observar cómo el nivel de energía vuelve a crecer dentro de ti.
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