Fue un acto simple y bonito. En esta semana que termina, el Concejo de Medellín otorgó la Orden al Mérito Don Juan del Corral, en grado oro, a la Fundación Carla Cristina, una organización de la sociedad civil que nació hace 60 años con el propósito de trabajar por el bienestar de los niños y niñas más necesitados de esta ciudad.
El autor de esta idea fue el concejal Daniel Duque, un líder que dice haberse comprometido con los niños y niñas después de enterarse de la situación que viven en la ciudad y que incluye aspectos tan variados como el hambre, la falta de educación, salud o el maltrato: “por su edad o situación, su voz no es suficiente para ser tenidos en cuenta o dependen de los adultos para poder estar bien”, dice.
Y agrega que este reconocimiento también es una forma de restaurar el nombre de esta fundación que en el 2021 fue acusada de corrupta por Daniel Quintero, ex alcalde.
El 30 de enero de ese año, Daniel Quintero, publicó en su cuenta de Twitter varias frases y una imagen de unos documentos: “Así falsificó la Fundación Carla Cristina (junta directiva presidida por el GEA) documentos para engañar a Buen Comienzo y acceder a $10.000 millones en contratos para alimentación escolar. (El de la izquierda es el original, el de la derecha fue falsificado)”.
Estas palabras suyas que desataron un escándalo y pusieron en duda, la trayectoria de la fundación, surgieron a raíz de la firma de un documento por parte de una persona que alteró un certificado para prestar servicios a Buen Comienzo, programa en el que estuvo durante 16 años. Después del incidente, la fundación retiró a la persona responsable, recordó a la ciudad los resultados de su gestión durante varias décadas y continuó con el trabajo en beneficio de los niños y sus familias. Luego de perder la posibilidad de ser parte de ese programa, se apoyó en las personas que la han ayudado, para poder seguir con su misión.
Actualmente, Carla Cristina atiende 180 familias en los barrios Belén Las Violetas, Moravia y Bello Oriente, en Medellín. Y también, a algunas que viven en el corregimiento de San Cristóbal.
Del dolor a las acciones por otros
Cuenta el relato que Elisa Fernández queda huérfana a los 23 días de nacer. El papá lleva a la niña a la casa de su hermana Leocadia para que le ayude en la crianza. Leocadia tiene una hija de 18 años llamada Solina que a partir de entonces se encarga de su prima huérfana. Los años pasan y Elisa tiene seis hijos, entre ellos una niña llamada Carla Cristina que se va de este mundo por un cáncer. Ante la tristeza que queda, su madre adoptiva y prima propone: “Vamos a transformar ese dolor en una obra con sentido”. Solina invitó a Elisa a un barrio donde la pobreza material era evidente y ahí conoce a una niña que la busca y se convirtió en motivo de inspiración para crear un jardín infantil en el barrio Belén Las Violetas.
Myriam Mesa, directora de la Fundación Carla Cristina, manifestó su alegría y agradecimiento por este reconocimiento que celebró en este recinto donde la alegría se sintió y en el que Daniel Duque recordó que “la política debe ser una herramienta para hacer el bien y lograr transformaciones y no para destruir”. Y agregó, que ahora, a punto de terminar esta administración, este acto se convierte en una forma de restaurar el honor.
Para conocer más sobre la labor de esta fundación, haga clic aquí: Tienda de Carla – Fundación Carla Cristina