Por estas fechas del año pasado, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA) realizó una brigada arbórea comunitaria (BAC) en Provenza y parque Lleras, encontrando “afectación a los árboles debido a la instalación de objetos extraños (cámaras, instalaciones de luces, bombillos, avisos y reflectores, entre otros), lo cual puede provocar en los árboles pudriciones y deterioro general; por ello es necesario hacer requerimientos de retiro de cuerpos extraños que afectan el componente arbóreo y la fauna silvestre asociada”. Dos meses después, en julio de 2023, la misma autoridad ambiental detalló otro caso de afectación al patrimonio arbóreo: 56 cámaras de vigilancia privadas se instalaron en el espacio público de Provenza, usando árboles como soporte. Pese a la evidencia recogida y la documentada flagrancia, hasta la fecha no se conoce sanción alguna. Por ahora, van dos administraciones distritales distintas y un solo silencio verdadero.