Nacimos en El Poblado y desde 1990 hemos registrado, contado y analizado el acontecer de la comuna 14, no como un lugar aislado sino como un espacio vital de Medellín.
Ahora, tras un cuarto de siglo de hacer periodismo útil para la comunidad, ampliamos nuestra mirada y nuestro aporte para un mayor conocimiento de la ciudad y a partir de esta edición regalaremos a nuestros lectores crónicas urbanas, escritas por un grupo de cronistas y periodistas literarios. Los convocamos para que se adentraran en las diferentes comunas y corregimientos, rescataran en ellos algunas de las historias que los marcan y las visibilicen con su estilo propio, sin uniformidad alguna. Es así como textos de Esteban Duperly –quien hoy empieza con la comuna 11 (Laureles-Estadio)–, Ana Cristina Restrepo, Juan José Hoyos, Adriana Mejía, Pedro Nel Valencia, Fernando Cadavid, Saúl Álvarez Lara, Gustavo Arango, Juan Gonzalo Betancur, Juan Diego Restrepo, José Guarnizo, Luz María Sierra, Juan Diego Mejía, Helí Ramírez, Mauricio Abad, Gloria Edith Gómez, Maryluz Vallejo, Camila Vásquez, Luisa Martínez y Luz María Montoya, entre otros, aparecerán en estas páginas durante los próximos meses.
Quizás por los afanes del día a día, por prejuicios o por temor a enredarnos en historias ajenas, muchas veces optamos por el desconocimiento de esa otra Medellín que también nos pertenece. Poco sabemos sobre dónde y cómo viven aquellas personas con las que trabajamos y compartimos nuestros sitios de trabajo o de estudio, o las que nos ayudan en los quehaceres de la casa; poco o nada sabemos sobre los barrios donde habitan los porteros de las unidades residenciales y los empleados que nos atienden en entidades bancarias, almacenes, restaurantes, bares, corrientazos y centros comerciales; poco o nada sabemos de cómo transcurre la vida en los barrios de aquellos con los que a menudo coincidimos en los ascensores, en el transporte público, en los semáforos, en las aceras. Tampoco sabemos a qué sector pertenece el señor de las frutas o el de los aguacates, ni las señoras de las flores o del puesto de periódicos o aquel que nos embetuna los zapatos. Mediante ese género periodístico tan entrañable pero tan escaso como es la crónica, queremos contribuir a superar un poco ese desconocimiento que tenemos de otros sectores de la ciudad.
Esa es, pues, nuestra invitación: acercarnos un poco a esa otra Medellín que nos estamos privando de conocer, profundizar en lo que hay detrás de esas luces que nos limitamos a mirar y a admirar desde la distancia en las montañas lejanas, para que esta información se convierta en interacción con las personas que nos rodean y ayude a comprendernos mejor.
Es solo un abrebocas, una motivación para seguir descubriendo otros sectores y un homenaje a esa persona que abrió el campo en Colombia al periodismo sectorial: Julio Posada Aristizábal, fundador de Vivir en El Poblado. En el quinto aniversario de su muerte, ocurrida un 20 de marzo, es nuestra manera de reconocerle el haber dejado un proyecto sólido para el que no limitó sus esfuerzos. Este acercamiento que hoy empezamos a otras comunas de la ciudad representa la esencia no solo de su sentido periodístico sino de su gran sentido social.