Si bien la venta de vehículos híbridos y eléctricos ha crecido en el país, aún hay mitos, miedos, costos y obstáculos institucionales que desincentivan una inversión como estas.
Después de que Felipe Rodríguez compró su vehículo híbrido de alta gama, lo tuvo que usar solo con gasolina, porque el consejo de administración de su unidad residencial se opuso a que instalara el cargador en su parqueadero.
Recuerda que la discusión se extendió dos meses y solo fue posible un cambio de opinión después de que un directivo de EPM les resolviera las dudas sobre esta tecnología, entre las que se contaban si la capacidad eléctrica instalada en el edificio era suficiente y cómo funciona el contador de energía. “No es distinto que instalar una lavadora”, dice Rodríguez.
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El administrador de Reserva de Alejandría, Juan Rodríguez, reportó que el propio concesionario se encargó de la instalación del contador para que la energía consumida fuera cargada al apartamento usuario. “Ha funcionado muy bien, el edificio tiene capacidad suficiente; si llegan diez carros más, habría que cambiar el transformador”. Según Rodríguez, ese cambio no le sería cargado a la copropiedad.
En su híbrido no conoce de restricciones. “En la oficina están locos con el pico y placa, yo no contamino y puedo usar mi carro todos los días”, dice.
Lo que falta para la ecuación perfecta
Renting Colombia presentó su plan para la importación, en el lapso de tres años de mil furgones eléctricos con los que se espera brindar soluciones a empresas. No fue una tarea fácil.
El presidente, Juan Fernando Hoyos, reconoce que el proyecto se tuvo que madurar por tres años, pues el costo de las baterías (que representan casi el 40% del valor del vehículo) hacía casi inviable una propuesta económica atractiva, sumado a otras dificultades como las logísticas, pues explica que apenas se está rompiendo el círculo vicioso de si primero es el mercado eléctrico o son las electrolineras.
Hoyos además considera que el Iva, hoy del 5%, se puede reducir a cero. Ayudaría a alcanzar lo que denomina la ecuación perfecta entre el costo de un vehículo a gasolina y uno eléctrico: “llegamos a manejar eléctricos hasta 70% por encima, fuimos cerrando la brecha y este año hay un empate técnico con los furgones”.
Sin embargo esa fórmula aún no ha funcionado para vehículos particulares. En los camiones resultó porque pueden estar recorriendo hasta 30 mil kilómetros en el año, que según Renting Colombia gastarían unos 5 millones de pesos en energía; mientras que en combustible el costo es cercano a los 12 millones.
Otra de las talanqueras que fue identificada es la baja percepción sobre el desempeño de los eléctricos y el rendimiento de su carga, pero paulatinamente la expectativa ha mejorado.
Por: Daniel Palacio Tamayo / [email protected]
Solicitud de ayudas
Hoyos considera que todavía puede haber más incentivos, pues el costo que está asumiendo el gobierno por pérdida de competitividad es mucho mayor. Sus recomendaciones: beneficios en peajes y parqueaderos y descuentos en impuestos. Rodríguez también considera que es viable tener tarifas diferenciales de energía, para que en el horario nocturno sea más económico.