José Fernando Álvarez, integrante de la Mesa Ambiental de El Poblado y vecino del sector, aseguró que aún no sale de la sorpresa. “A nadie se le pasó por la cabeza algo así, pensamos que era para programas de reconciliación del Gobierno o algo que tenía que ver con los estamentos públicos, pero no un centro de eventos”.
Según Álvarez, para la instalación en la mansión Montecasino de un lugar como una casa de banquetes se requieren estudios de movilidad. “Actualmente hay parqueadero para 20 carros, entonces ¿en una fiesta grande qué pasa?, un carro que no entre significa congestión para la avenida El Poblado”.
Mauricio Castaño, también vecino del sector de La Frontera, señala que el antiguo bien de los Castaño quedó contemplado en el POT de Medellín como un Área de Preservación por lo que se tendría que adoptar también medidas para el cuidado ambiental, pues la iluminación y el alto volumen podrían afectar la fauna. Castaño y Álvarez anunciaron que desde ya contemplan acciones jurídicas.
Pero los temores de la comunidad aledaña a esta casa no se agotan en retos de movilidad y de medio ambiente. Para ellos, “un lugar como ese hace que se reviente una comunidad meramente residencial”, pues temen que tras las fiestas de quince años, los banquetes y otras actividades llegue el expendio de alucinógenos como en Carlos E. Restrepo o el mismo parque Lleras.
Aunque en principio el gobernador Luis Pérez se había comprometido a tomar el lugar como sede para tres de los proyectos de su Plan de Desarrollo, el cometido nunca se cumplió. De acuerdo con Jorge Mario Alzate, director de la Unidad de Víctimas de Antioquia, esa posibilidad se desechó “porque implicaba casi entregarle el bien a la Gobernación de manera definitiva y hacer algunas adecuaciones”, como tampoco hubo una propuesta de la Alcaldía de Medellín, afirmó el funcionario.
Alzate indicó que se cumplieron todos los requisitos legales para entregar a la firma San Agustín el arrendamiento del inmueble y que “quien toma el bien está presto a tener un diálogo para aclarar la situación”, que según él, no va a perjudicar a la comunidad, pues se harían las adecuaciones necesarias, por ejemplo, para evitar la propagación del ruido.
Montecasino es uno de los bienes urbanos con mayor avalúo con el que cuenta el Estado para reparar a las víctimas. Esta casa, arrendada por un monto de 27 millones de pesos mensuales, es un símbolo de reparación, pues pasa de ser un lugar donde se planeó la destrucción, que guarda historias hasta de un cuarto de torturas con animales salvajes, a tener la connotación de un lugar de encuentro.
Intentamos comunicarnos con la firma San Agustín para conocer sus puntos de vista, pero no fue posible.