Urbania es una empresa que no solo comercializa cafés colombianos de especialidad, sino que apoya proyectos sociales y ambientales. Tazas de café con alma, vida y corazón.
Un cambio lento, pero perceptible, está sucediendo en el gusto de los colombianos. Entendimos, por fin, que teníamos el privilegio de contar con el mejor café del mundo, y que, pese a ello, no sabíamos apreciarlo, valorarlo y, mucho menos, saborearlo. En los últimos años, el café de especialidad ha empezado a entrar en las casas y en las oficinas, gracias a que miles de empresas y personas dedicadas al cultivo y a la comercialización lo están haciendo con el mayor cuidado.
Este es el caso de Urbania Café, una empresa antioqueña nacida hace cinco años, con el objetivo de comercializar café colombiano de calidad. Pero no de cualquier manera: con responsabilidad social. Ricardo Restrepo, Gerente General y fundador de Urbania, narra cómo un grupo de apasionados por el café decidió montar un negocio que aportara beneficios sociales y ambientales: “Queríamos traer lo mejor del campo a la ciudad, y retribuirle al campo de alguna manera. Ese aporte social y ambiental lo hacemos a partir de las compras a comunidades con alguna situación de vulnerabilidad o víctimas del conflicto armado, y comunidades con las que podamos trabajar el tema ambiental”.
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Así que cuando degustamos una taza del Café Paz de Urbania, por ejemplo, no solo disfrutamos su “sabor a manzana roja y miel de azúcar, con un final sutil y baja acidez”, sino que apoyamos el valor de unos campesinos de Granada, Antioquia, víctimas del conflicto armado, que retornaron a sus tierras después de haber sido desplazadas. Ese café humeante nos remite a unas familias que se conectaron nuevamente con su territorio, y encuentran en Urbania una salida justa de sus productos, y la asesoría para que su café sea catalogado como “especialidad”, es decir, de alta calidad.
Las decisiones de Urbania Café se inspiran en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, especialmente en dos de ellos: el número 10, “reducción de desigualdades”, y el número 12, “producción y consumo responsable”. Por tanto, además del enfoque social, la empresa ha hecho una apuesta decidida por apoyar proyectos ambientales que utilizan el café como herramienta para la conservación de ecosistemas de alta importancia para los jaguares, los pumas y los osos andinos, y a caficultores que tienen prácticas agroecológicas y orgánicas. El Café Oso (“sabor dulce, delicado, de acidez media, con aroma de vainilla y mora”), por ejemplo, viene de El Águila, Valle del Cauca. Los productores de este café se comprometieron a preservar un corredor biológico de 365 hectáreas, donde habita el oso de anteojos.
Urbania no negocia directamente el producto agrícola con los caficultores, sino que busca organizaciones y fundaciones que trabajan con ellos, para lograr un mayor impacto. De esta forma reciben el apoyo de Tejipaz, la Fundación Grupo Argos, Webconserva y WCS (Wildlife Conservation Society), por ejemplo. El grupo de empresarios de Urbania tiene claro que no están solo vendiendo un producto agrícola. “Café consciente”, lo llaman.
¿Dónde consigo el café de Urbania?
Calle 14 Nro. 30-100. Sector Lalinde./ Calle 8 Nro. 43b-132, Astorga/Poblado. /
C.C. VIVA Envigado: Local 105-Z. Piso 1 / Tienda virtual Aquí
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