La alarma plantea que la línea telefónica propia mediante una operación simple puede pasar a cargar con la facturación de las llamadas de un teléfono ajeno. Al otro lado se supone que alguien se identificará como del servicio técnico y le pedirá digitar el teclado con el fin de hacer una comprobación. El propósito real sería transformar la línea, y sostiene el correo, lo mismo puede ocurrir con el celular.
No obstante este es del estilo del correo que pide rescatar la millonada de dólares abandonada en una cuenta en Suiza. EPM sostiene que “con los procedimientos propios y los utilizados por otros operadores de larga y de media distancia o de telefonía celular es imposible modificar las condiciones de cobro de una llamada mediante frecuencias de marcación”.
En términos prácticos, si cualquiera de los que participa de la comunicación marca las teclas de su teléfono, ese comando será enviado no por el canal de señalización, que es el que maneja los cobros, sino simplemente por el canal de voz.