Por Saúl Álvarez LaraNo es extraño que algunos visitantes sorprendidos hayan dicho que esta vez Libia Posada -médica y artista- los puso a pensar. Que otros se hayan mostrado desconcertados y que otros hayan considerado que es la mejor exposición que han visto en mucho tiempo. Hablamos de algunas reacciones del público en el momento de visitar El cuerpo, uno de los cinco ejes temáticos que el Mamm presenta al público bajo el título de Reserva Expuesta, como un experimento de curaduría de su Reserva de obras. Cinco profesionales de horizontes diferentes fueron invitados a trabajar con base en la colección del Museo sobre cinco temas: ciudad, política, historia, cuerpo y naturaleza.
A Libia Posada le correspondió el cuerpo, objeto de estudio de la Medicina y forma de representación de la belleza, de la perfección, de lo humano y de la emoción en el arte. Por formación académica y artística, su afinidad con el cuerpo humano es evidente y elegir entre la selección de trescientas obras de la Reserva del Museo las veinticinco o treinta más representativas, aquellas donde el cuerpo humano, por su calidad, factura o contenido aparece en su esplendor, parecía una labor de tiempo, quizá sencilla. Sin embargo, Libia considera que el arte debe llevar al espectador a reflexionar, a pensar en su condición y en la condición del arte como vehículo de representación del mundo.
Y entonces surgió la primera pregunta: ¿cuerpo es una noción exclusiva de lo humano?, y luego vinieron otras que sirvieron para dar forma a la idea de cuerpo que rondaba cerca y era necesario mostrar al público: ¿la colección del Museo se podría definir como un cuerpo, compuesta de obras, cuerpos, a su vez?, ¿es, entonces, una colección de cuerpos?, si la colección se toma como una sociedad ¿tiene cuerpos en reserva o reservas frente a ciertos cuerpos que no están presentes en ella? Porque la palabra curaduría significa curar, en la presentación Libia Posada cita a Boris Grays: “…la curaduría cura la impotencia de la imagen, su incapacidad de mostrarse a sí misma…”.
En respuesta a las preguntas y cuestionamientos con relación al cuerpo y su representación que la artista se hizo durante el proceso de curaduría, cuatro categorías se establecieron luego de examinar el Gran Cuerpo de la colección del Museo: el cuerpo de la colección, los cuerpos en la colección, el cuerpo como colección, la colección de cuerpos.]
La reflexión que la artista comparte con el público en las salas Norte y Sur de Museo esta representada en espacios amplios, paredes blancas, asépticas como quirófanos de hospital, donde no hay cuerpos expuestos sino cuerpos ausentes, cuerpos enunciados -como define la ausencia de obras-, cuerpos en la presentación del montaje, instalación.
En cada sala, cuatro amplificadores pequeños, negros, a distancia equivalente entre ellos y las paredes blancas donde solo se ven los trazos de obras que pasaron por allí, dejan escuchar en voz baja la enumeración monocorde de una cantidad, quizá infinita, de cuerpos que van desde “…cuerpos humanos, cercanos, lejanos, cuerpos con rastro, sin rastro, cuerpos cartográficos, cuerpos al oriente, al occidente, cuerpos religiosos, cuerpos agnósticos…” hasta “…cuerpos de políticos, los políticos en el cuerpo, el cuerpo que dominan los políticos, los cuerpos políticos que dominan otros cuerpos…”.
Cuando el espectador entra en la Sala Sur se encuentra a la derecha con los cuatro amplificadores que repiten sin cesar su letanía; y a la izquierda dos apartados marcados con una cruz en línea roja, uno, y el otro con la palabra “Reserva” en letras rojas. Al fondo del pasillo que forman los apartados se alcanza a ver el cartel: “EL” obra de Adolfo Bernal que “resume en mucho -dice la artista- los problemas que se me plantean”. En la Sala Norte la composición es la misma y el cartel se encuentra en el mismo lugar, solo que es necesario acercarse para ver que ese “Esto, no es EL”, es una copia del original, obra de Libia. Posada.
“El cuerpo humano es una noción bizarra, cambiante y problemática”, dice Libia. Esta curaduría, montaje, es una invitación a la reflexión sobre el cuerpo “al que estamos sujetos y del que somos sujeto”. Esta también es una reflexión de la artista que con seguridad tiene mucho para decir sobre el cuerpo. ¿Cuál cuerpo?