En un día cualquiera, de una semana cualquiera, a su teléfono llegan mensajes tan variados como la vida: alguien que atraviesa un duelo, despidió a un familiar que decidió irse antes de tiempo, se prepara para tener un bebé o no sabe si subirse a ese avión.
Médica de profesión, Ana Milena Escobar entendió desde niña que hay mundo más allá de lo visible y que la sanación completa incluye el espíritu, el interior.
Su historia con lo intangible comenzó cuando tenía 5 años: “Escuchaba mensajes que iban dirigidos a ciertas personas y cuando yo se los daba, agradecían y quedaban impresionadas al revelarles detalles que nadie sabía”. Después de consultar psicólogos, profesores y hasta sacerdotes, su mamá y Paola, la hermana, entendieron que ella tenía una conexión diferente con las personas y el mundo. Y a partir de ahí, la dejaron ser.
Desde entonces, Ana Milena Escobar se dedicó a escuchar personas, a leer, a aprender sobre el cuerpo y las creencias, y también, a ver las enseñanzas detrás de las situaciones, como aquella vez en que entró en coma después de salir del quirófano.
“Cada uno puede sanar su historia. En este 2025 tendremos la oportunidad de
vivir un camino más espiritual y
con armonía”.
Cuenta que en ese momento, vio algunas imágenes que le permitieron entender algunas historias o descripciones que había escuchado antes y le ayudarían a acompañar a esos otros que buscan su
consejo y palabras luminosas.
En este tiempo del año en el que muchos hablan de ángeles, piensan en Belén, piden deseos, hablan del hijo de Dios, compran regalos o se dejan llevar por su corazón, explica el carácter especial de estos días: “El cierre de un ciclo del calendario gregoriano y el solsticio de invierno nos llevan a recordar que es hora de volver a ese refugio que hay dentro de nosotros mismos y en nuestra familia”.
Y agrega: “Es un tiempo para recordar que tenemos el poder de crear o de destruir. A veces, ciertas creencias nos llenan de miedo. Sin embargo, cada uno puede creer y crear, usar las palabras para transformar la realidad y volver a empezar. La luz siempre está disponible y uno decide cómo vivir.
Que esta Navidad sirva para exaltar los buenos pensamientos y las palabras positivas, y darle así, espacio a un nuevo ciclo en el 2025.