Por Daniel Palacio Tamayo
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León, seudónimo con el que se identifica un conductor de Uber, denuncia que cada vez el ambiente está más pesado. “Algunos taxistas nos están atacando bajo diferentes modalidades que van desde el insulto, el cerrarnos la vía en la calle, hasta dispararnos con pistolas de balines a los vidrios panorámicos, amenazas con machete y a un compañero que le quemaron hasta el vehículo”, denuncia. Según este conductor que se ha mantenido prestando el servicio, pese a las agresiones, la situación se ha puesto más crítica desde que Uber permitió a los clientes hacer el pago en efectivo, pues tal situación los dejaba en evidencia más fácil frente a taxistas y autoridades.
“Me han agredido dos veces. La primera, cerca al parque Lleras unos 30 taxistas me cerraron, me insultaron, dizque me dieron una campaña pedagógica en la que me decían que si no dejaban de trabajar me partían el carro en dos y por ahí derecho a mí, me dieron golpes y me robaron el dinero y equipos como el gps”, denuncia este hombre, quien pide la reserva de su nombre por seguridad.
Luis Guillermo Mejía, líder de control de la Secretaría de Movilidad de Medellín, aseguró que se adelantan diferentes operativos para combatir el transporte ilegal que según el funcionario no se refiere únicamente a Uber. “También son los taxis que sirven como colectivos, los llamados chiveros que hay en la avenida El Poblado y el Centro, o el servicio que se presta en un vehículo de alta gama por medio de una aplicación”.
La sanción que es impuesta a quien sea sorprendido prestando un servicio público en un vehículo particular es de 689 mil pesos y le podría dar inmovilización del vehículo entre 5 y 40 días en caso de ser reincidente; situación en la que el conductor también podría ver comprometida una posible suspensión de la licencia.
En El Poblado, de acuerdo con la Secretaría de Movilidad de Medellín, se han impartido 79 comparendos por informalidad en el transporte y entre enero y septiembre se han hecho 38 operativos que han dejado más de 188 vehículos inmovilizados por diferentes conductas entre las que se encuentra prestar un servicio diferente al contemplado en la matrícula del automotor.
Para el conductor de Uber, ellos siguen en el limbo legal, pues en su consideración ellos no prestan un servicio público sino que realizan una negociación entre privados por medio de una plataforma tecnológica, es decir, un acuerdo entre el conductor y el pasajero. Sin embargo, advierte que esa situación en la que no saben si son informales o ilegales, los ha llevado a arriesgar el patrimonio y la integridad de ellos y los usuarios. “Uber me dio la espalda, pues no me respondido por los daños ocasionados a mi vehículo mientras prestaba el servicio”, asegura León quien agrega que sigue trabajando por medio de la aplicación pese al “abuso en las tarifas y el riesgo” por la necesidad de tener algún ingreso.
Por su parte, las autoridades piden a los amarillos no tomar la justicia por mano propia, pues la mesa de trabajo que se tiene con ellos ha dado sus frutos gracias a información que comparten los taxistas con las autoridades de tránsito.
Vivir en El Poblado se comunicó con diferentes dirigentes de empresas de taxi pero ninguna se refirió al tema.