Ganador de seis títulos mundiales de bmx, el Tin Castro aún espera que alguien le ayude en su tragedia, esa en la que todos sus triunfos deportivos se vieron derrumbados, un caso en el que, según él, nadie hace nada.
Foto cortesía Tin Castro
Días antes del colapso nos habían hecho evacuar que porque había peligro de que el edificio se cayera. Una de las torres estaba cediendo, pero luego nos dijeron que todo estaba bien, que podíamos ingresar de nuevo, que nada iba a suceder. Entonces me fui para la finca ese sábado 12 de octubre y dejé a un amigo en el apartamento, para que estuviera ahí tranquilo porque, según nos habían dicho, nada iba a pasar.
A eso de las siete de la noche recibí una llamada de mi amigo, y cuando lo saludé empezó a decirme- “el edificio se cayó, Tin, esto es un caos, no se ve nada, aquí la gente solo grita y grita- y yo no entendía qué me estaba diciendo porque el viernes habíamos quedado en que el edificio estaba sin problemas y él me decía que todo se había ido al piso.
Al día siguiente fui a Space y no nos dejaban entrar que porque no estábamos autorizados. Dijeron que teníamos que esperar que las autoridades anunciaran que nada más iba a suceder. Fue a los dos días cuando nos dieron cinco minutos exactos para sacar nuestras cosas, tratar de sacar lo máximo que podíamos y salir corriendo porque creíamos que nuestra torre también se podía caer.
Luego pudimos entrar otras dos veces y ahí sí hacer la mudanza completa, recogimos lo que teníamos en el apartamento, pero entrábamos con el miedo de que se fuera a caer el edificio y quedáramos ahí atrapados. Por suerte no pasó nada.
Todo lo que yo había ganado en el deporte lo había invertido en este apartamento y de un momento a otro me quedé sin nada. Empezaron a decir que en un tiempo prudente nos iban a pagar lo que perdimos, pero, tres años después, eso no ha pasado, la reparación económica que nos han dado es mínima, porque solo hemos recibido un 40% de lo pactado y con eso no me da para pagar los préstamos para comprar otra cosa.