¿De qué habló Colombia?

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En 2021, inició en Colombia un ejercicio de conversación ciudadana, el cual promovió que las personas se encontraran, de manera virtual, para que cada uno expusiera sus puntos de vista sobre los temas necesarios en el país.

Su nombre es Tenemos Que Hablar Colombia.

Ese proceso fue liderado por seis universidades de todo el país, Eafit, la Nacional, Los Andes, la del Valle, la del Norte y la Industrial de Santander; además de la empresa privada, Grupo Sura y la ONG Fundación Ideas para la Paz.

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El propósito era ese, “adelantar una gran conversación nacional para conocer cuál es la voz de los colombianos en los temas del país; pero, también para conocer sus preocupaciones y reflexiones, con miras al proceso electoral del año 2022”, declaró Santiago Silva, director de Tenemos que hablar Colombia, y profesor de la Universidad Eafit.

Ahora, este ejercicio llegó a su tercera etapa, la divulgación de resultados, es posible conocer de qué habló Colombia.

Primero, las conversaciones de Tenemos Que Hablar Colombia se realizaron entre agosto y mediados de diciembre de 2021. Fueron casi 12.000 personas de todo el país las que se inscribieron en la plataforma www.tenemosquehablarcolombia.co, con el deseo de participar. Finalmente, se alcanzaron a desarrollar 1.453 conversaciones a las que llegaron 5.519 personas de todas las regiones y colombianos en el exterior.

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Segundo, esta gran conversación logró tener relatos, ideas y propuestas desde diversos puntos de vista y experiencias. Por eso, durante todo el proceso de diálogos los parámetros demográficos de Colombia estuvieron en el centro: territoriales, de género, etarios y étnicos. 

Tercero, de todo el proceso, los ciudadanos han destacado:

  1. La oportunidad de conocer diferentes voces y realidades.
  2. La posibilidad de contribuir al cambio social con ideas y argumentos.
  3. Los ciudadanos han destacado que este proceso les generó confianza al momento de conversar con desconocidos.
  4. Los ciudadanos también expresaron que el diálogo les hizo sentir alegría.

Y para saber en más detalle de qué habló Colombia, VIVIR EN EL POBLADO conversó con Santiago Silva, director de Tenemos que hablar Colombia.

¿De qué conversaron los colombianos en el ejercicio de participación ciudadana Tenemos Que Hablar Colombia?

Los colombianos conversaron de muchas cosas. Hay cinco temas que son muy relevantes, y fueron muy frecuentes: la educación, la política, la corrupción, la cultura y la justicia.

En general, los colombianos abordaron asuntos como la educación, la salud o la participación política como asuntos o temáticas en las que les gustaría ver mejoras, y les gustaría que haya un acceso más equitativo a este tipo de servicios y deberes.

De igual manera, cuando hablaron de política y corrupción, sobre todo lo hicieron alrededor de la su frustración con la política. Porque manifestaron que hay un elemento de frustración en términos de cómo se distribuye el poder político y cómo se toman decisiones políticas.

Y finalmente, hubo muchas conversaciones sobre cultura, sobre diversidad cultural, biodiversidad y medio ambiente, en la lógica de la protección y la preocupación de los colombianos por protegerlas.

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Para usted, ¿cuál fue el mayor aporte de esta gran conversación en el ejercicio de la democracia?

El principal aporte es la evidencia que tenemos de que las conversaciones, el diálogo y la participación ciudadana construye confianza.

Lo que encontramos es que los participantes luego de conversar, reportaban niveles más altos de confianza interpersonal, de confianza en los otros. De ahí, que una de nuestras recomendaciones fundamentales del ejercicio es promover directamente el diálogo y la conversación, no romper esas conexiones, esas oportunidades de diálogo que podrán darse entre los ciudadanos y el poder político en los próximos años.

Continuar el diálogo es fundamental para recuperar la confianza en instituciones públicas, y la confianza en general, que se mantengan este tipo de espacios y ejercicios de conversación.

Ahora, en plena contienda electoral por la Presidencia de la República, ¿para qué servirán las conversaciones?

Sirven, sobre todo, para introducir temáticas que le preocupan a los colombianos. Las conversaciones giraron alrededor de mucho temas, pero muchos de ellos estaban centrados en agendas sectoriales, en sus preocupaciones por la educación, por la política, por la corrupción, por la salud, por la participación ciudadana o por el medio ambiente y, en ese sentido, plantean una agenda ciudadana, habla de cosas que a los ciudadanos les parece fundamental que estén en la agenda pública en elecciones.

Nuestro objetivo fundamental es que los candidatos reconozcan estos mandatos, estos pedidos, estos temas que plantean los colombianos, y los introduzcan no solamente en las conversaciones del debate, sino también en sus propuestas y programas de gobierno.

¿Realmente, este ejercicio sí hará eco de todas las voces? ¿Y cómo?

Por supuesto, ese es el reto que enfrentamos ahora, hacer eco de todas voces.

Durante la fase de convocatoria hicimos muchos esfuerzos porque Colombia fuera muy bien representada. Porque una cantidad importante de colombianos, de diferentes puntos del país, que se reconocieran y representan parte de los grupos étnicos y una distribución en términos de grupos etarios de las diferentes poblaciones, fue parte fundamental de la convocatoria para la conversación.

Ahora, lo que se viene es un trabajo muy intenso para lograr, precisamente, que los colombianos conozcan estos resultados, y hacerle justicia a ese ejercicio de participación que tuvimos el año pasado.

¿Por qué todas las voces son importantes?

Eso se conecta con un elemento fundamental de los principios democráticos. La Democracia representativa, que es en la que elegimos representantes para que tomen decisiones públicas, está enfrentando hace mucho tiempo una crisis fundamental, una desconexión entre la vida cotidiana de los ciudadanos, sus ocupaciones, sus angustias y el ejercicio político, el ejercicio de las decisiones públicas.

Ese lío, esa brecha de la democracia representativa se ha intentado, desde hace muchos años, solventar con ejercicios de participación ciudadana. Muchos de ellos han tenido resultados complejos y, digamos, no tan satisfactorios. 

Esto que estamos haciendo es una contribución, no es una solución total, a seguir ampliando los ejercicios de participación, las maneras en las que los ciudadanos pueden seguirle diciendo a sus gobernantes las cosas que son muy importantes para ellos y la manera en que les gustaría mejorar estos elementos de acción participativa, es la forma de poder decir, insistir y plantear a sus gobernantes sus preocupaciones, sus sueños, sus propuestas, algo fundamental para seguir construyendo una democracia sólida que supere ese lío de la representatividad.

¿En qué consiste el Diálogo de Diálogos?

El año pasado, así como hubo un estallido social, hubo un estallido en diálogos y conversaciones. Junto a las movilizaciones sociales, un montón de iniciativas y de espacios de participación ciudadana se vivieron en todo el país.

Nosotros identificamos, a través de un ejercicio que llamamos Diálogo de Diálogos, 62 iniciativas de participación y conversación pública. Revisamos los temas que trataron, los participantes y los territorios en donde se adelantaron, porque queríamos comprender qué había ocurrido en la participación ciudadana en Colombia, y lo que encontramos es que aunque hubo muchos ejercicios de coyuntura, muy pegados precisamente a las movilizaciones de los colombianos, también hubo conversaciones de las que hubo en Tenemos que Hablar Colombia, la conversación sobre educación, la reforma política, la lucha contra la corrupción, la tarea en la protección del medioambiente, esos también aparecieron en las conversaciones que se dieron el año pasado. 

Y no solo eso, sino que nos dimos cuenta que el país puede plantear escenarios de conversación y de participación, y que son elementos valiosísimos de la democracia.

Por último, ¿por qué era importante un ejercicio de conversación de este tipo? 

La importancia está en dos elementos. El primero, los principios de participación y generación de confianza. Encontramos que la participación fue sustancialmente valiosa para los participantes que reconocieron lo beneficios que era poderse juntar con gente distinta, conversar y ser capaces de llegar a acuerdos sobre temáticas que los unía.

Precisamente, el efecto que encontramos sobre la confianza interpersonal es una muy buena pista de lo necesario que es tener este tipo de espacios, independientemente de lso temas que aparezcan.

La segunda razón es tener una agenda ciudadana que se le pueda plantear a los candidatos ya la conversación pública en general.

¿Y se transformará para continuar a futuro?

La iniciativa va a continuar. Durante los próximos meses vamos a estar en función de contar los resultados, de seguir analizando los datos que tenemos. Y, durante el segundo semestre, nuestro plan es podernos conectar y alinear con el nuevo gobierno para acompañar el proceso de plan de desarrollo.

Creemos que estas ideas que encontramos de los colombianos, este ejercicio de participación, debe tener también un capítulo alrededor de la manera de cómo se van a tomar decisiones públicas en los próximos cuatro años en el país.

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