En Medellín se conversó sobre las Fjord: siete tendencias sobre negocios, tecnología y diseño en 22 lugares en el mundo, que, además, ya tocan aspectos culturales. ¿Por qué aquí?
La presentación de las tendencias Fjord, el lunes 4 de marzo en Medellín, vinculó a la ciudad en una conversación global sobre ciencia, innovación y tecnología, aplicadas a negocios y calidad de vida. También se suman Berlín, San Francisco, Hong Kong, Johannesburgo, Sao Paulo o Dubái.
Estas tendencias de ciudades inteligentes, según Sergio Martínez, senior manager de
Accenture Digital -líder del evento- no solo aluden a tecnología, sino que ya se relacionan con temas culturales. Así las describe:
- El silencio es oro: “alejarse de la manera cómo consumimos tecnología y buscar alternativas que nos desconecten”.
- La última gota: “la relación de las empresas con las personas y el desarrollo de estrategias para diferenciarse con prácticas medioambientales”.
- El minimalismo de datos: “con los sucesos recientes de Facebook y Cambridge Analytics, la gente tiene una visión diferente del uso de sus datos en redes sociales y hoy reclama mayor control sobre estos. La idea es empoderar a las personas sobre sus datos y cómo las empresas tienen políticas cada vez más transparentes en este aspecto. En las ciudades inteligentes si bien las personas buscan ser dueñas de su información, también les interesa construir y ayudar a la construcción de estas con datos, como por ejemplo reportando huecos o avisando cuando algo no está bien”.
- Movilidad como servicio: “cómo se generan dinámicas diferentes para estar más conectados; pedimos servicios de mensajería, de domicilios, y cuál es el impacto que esto tiene. Tenemos muchas empresas que funcionan con patinetas. Cómo esa data ayuda al desarrollo de las ciudades”.
- Odisea del espacio: “las marcas se plantean involucrar lo físico con lo digital, para que las personas vayan a esos puntos e interactúen con la tecnología”.
- Realidad sintética: “cómo se crean realidades a través de lo virtual. Estrellas de rock hechas en 3D que no existen en el mundo real, por ejemplo. Cómo nos ajustamos a ese entorno que implica una serie de riesgos sobre la veracidad de la información, y cómo cambian los estándares de belleza”.
- Paradoja de la inclusión: “las marcas toman posiciones y utilizan el megáfono de las redes, pero puede que lo que se diga sea tomado por alguna minoría como algo descalificante. Hay un montón de microsegmentos entre las grandes masas”.
Tendencias que son oportunidades
Para Esteban López, consultor y diseñador estratégico, estas tendencias “son orientadas a la entrega de valor de parte de las marcas hacia los consumidores, pero también cómo nos vamos saturando de tanta información y queriendo que todo, gobierno, marcas e incluso la religión, sean cada vez más transparentes”.
Todo eso, en palabras de López, “da una perspectiva muy interesante de los comportamientos que estamos teniendo. Ser más transparentes, conscientes, pensar que todo lo que hagamos sea con bajo impacto para el medio ambiente y de forma colaborativa. Es crear ese ecosistema, a partir de las marcas, pero al final son las personas las que creamos esa innovación”.
Marcela Embus, desarrolladora de soluciones CCI del Observatorio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Ruta N, señaló que para Medellín, ser sede de esta conversación es una oportunidad para que sus organizaciones públicas y privadas se soporten en esas tendencias para tener información ágil y oportuna que les permita tomar decisiones más acertadas.
“Queremos que las organizaciones decidan resolver sus problemas con innovación. No implica que siempre haya tecnología, pero, por supuesto, esta ayuda a que sea una solución escalable, más rápida y, de pronto, de menor costo”, indicó Marcela.
Por: Sebastián Aguirre Eastman / [email protected]