Tatequieto a los vapeadores

La aprobación reciente de la Ley que regula el uso y venta de los vapeadores en Colombia es una noticia que debemos celebrar. Es un avance en la protección de los jóvenes, niños y niñas de nuestro país. 

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En medio de la avalancha de información que recibimos día a día en Colombia, es frecuente que dejemos pasar algunas buenas noticias, que se van volviendo “parte del paisaje”, pero tienen un gran impacto en la población. 

Una de esas decisiones que pasó de bajo perfil en los medios de comunicación se generó en mayo pasado: el presidente Gustavo Petro sancionó la Ley 2359 de 2024, después de haber sido aprobada en el Congreso de la República. ¿De qué se trata? Es la norma que establece en Colombia la regulación a los vapeadores o cigarrillos electrónicos, lo que representa un avance significativo en la protección de la salud pública.

La nueva norma prohíbe la venta de vapeadores a menores de 18 años, obliga a los productores a implementar un etiquetado que advierta su nocividad, y restringe la promoción y patrocinio de estos dispositivos. De la misma forma, los equipara frente a las limitaciones que tienen desde hace varios años los cigarrillos comunes en el lugar de uso.

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Se espera un gran impacto favorable de esta regulación en la salud de nuestros jóvenes, niños y niñas. La Red PaPaz, una corporación sin ánimo de lucro que lidera acciones para la protección de la población infantil, había iniciado una cruzada en todo el país, desde 2022, para hacer llegar al Congreso de la República su preocupación por el alto consumo de este tipo de dispositivos entre los menores de edad. Fue una de las primeras entidades de la sociedad civil que empezó a advertir el peligro que significaba su venta libre a los jóvenes, a muy bajos precios y con empaques atractivos. 

Uno de cada cinco escolares, entre 12 y 18 años, ha usado un cigarrillo electrónico alguna vez en su vida.

El Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas en población escolar, realizado en 2022, ratificó este temor: uno de cada cinco escolares, de los grados séptimo a once, con edades entre 12 y 18 años, ha usado un cigarrillo electrónico alguna vez en su vida. Adicionalmente, la edad promedio en la que los escolares inician el consumo de tabaco a través de estos dispositivos es a los 14 años. 

La Red PaPaz lideró una petición al Congreso, que fue firmada por más de 18 mil personas, y esta iniciativa fue acogida por senadores del Partido de la U, quienes presentaron el proyecto para modificar y ampliar la Ley 335 de 2009, más conocida como ley “antitabaco”. 

El enorme reto que tenemos ahora como ciudadanos es contribuir a que esta norma no sea letra muerta. Les corresponde a las organizaciones de la sociedad civil, a las entidades de la salud, las instituciones educativas, las entidades públicas y las familias, generar campañas pedagógicas, divulgar la información y vigilar el cumplimiento de la norma. 

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Destacamos el pronunciamiento reciente de la Universidad CES, que, aunque valora la sanción de esta Ley, advierte que la sociedad debe dar un paso adicional: “Estos dispositivos pueden causar irritación respiratoria, exacerbación de condiciones preexistentes, y el síndrome de lesión pulmonar asociado al uso de cigarrillos electrónicos (EVALI), que ha llevado a hospitalizaciones graves e incluso muertes. Además, aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, y exponen a los usuarios a sustancias tóxicas, metales pesados y compuestos orgánicos volátiles”.

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