/ Alfonso Arias Bernal En medio de la reunión, Casagemas se levantó, sacó un revólver y lo apuntó hacia Germaine. ¡Voilá pour toi! dijo en voz alta, y disparó. Erró el tiro. Casagemas entonces dirigió el revólver a su propia sien, ¡Et voilá pour moi!, dijo, y disparó de nuevo
/ Alfonso Arias Bernal El adquirente fue un empresario japonés de nombre Ryoei Saito, quien en algún momento manifestó su deseo de que el cuadro fuera incinerado a su muerte. Más tarde aclaró que simplemente quería expresar lo importante que era la obra para él
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