Mauricio Bedoya, director de Montecarlo, dio vida a la empresa de producción musical a la par que conformaba su familia con Carolina Guzmán. Hoy tienen a cargo 20 cantantes y cinco hijas. “Dios nos acompaña”.
Por Claudia Arias Villegas / [email protected]
“Dirigir una familia es como dirigir un grupo musical, implica responsabilidad, disciplina. No soy ni el mejor gerente, ni el mejor músico, soy bueno en lo que hago, sí, y me rijo por un código de conducta para hacer las cosas de forma correcta, trato de ser muy espiritual”.
Mauricio Bedoya Bustamante, director de Montecarlo, esposo de Carolina y papá de Rosario, Sofía, Emilia, Julieta y Florencia, explica que la creación de su empresa y grupo musical y la de su familia están ligadas. Productor audiovisual y músico, trabajaba en medios durante el día y tenía una banda para tocar en las noches, pero al momento de formar su familia sintió que, sin dejar la música, quería una manera diferente de ejercerla.
Por entonces conoció a Juan Felipe Alvarado, cantante de ópera, con quien sintió “una empatía musical y espiritual”, y cuando lo oyó cantar vio que tenían una oportunidad. Así dieron vida a Montecarlo, “un grupo de corte clásico y ensamble vocal, con el que interpretamos lo más popular o conocido del repertorio lírico”, explica.
Ser cantante clásico en Medellín
Nacieron para tocar y cantar en vivo: misas, matrimonios, funerales y otros eventos sociales y hace unos años incursionaron también en los flashmob, con los cuales se han presentado en supermercados y centros comerciales. Juan Felipe ya no lo acompaña, pues hizo su vida en Europa, pero Montecarlo cuenta con unos 20 músicos profesionales entre cantantes e instrumentistas; y ya están también en Bogotá.
Aunque sin estudios formales, ha sido cercano a la música desde niño, y tiene claro que “ser cantante clásico en Medellín no es fácil, pero no nos ha faltado trabajo”. Sus roles no están en la música, sino en encontrar nuevos clientes y tener la producción a punto.
Han sido ocho años enriquecedores de ver crecer a su familia y a su empresa, que celebrarán con un concierto en el Pablo Tobón Uribe el 5 de octubre a las 8 de la noche; este no es su foco, pues están más concentrados en presentaciones privadas, pero les alegra el reto, que ven también como un regalo para la ciudad.
“Es una apuesta por la cultura, que nos deja mucha satisfacción”, concluye.