Sostenibilidad, el inmenso reto de la avicultura

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Una industria millonaria en todos los sentidos exige medidas permanentes para disminuir la huella ecológica, inevitable, pero reducible.

Los pollos con hormonas son un mito. Así lo asegura Carlos Duque, director de Sostenibilidad de Fenavi. “La gente cree que el pollo tiene hormonas, y no es así. La Federación Nacional de Avicultores de Colombia publicó en 2019 el libro Pollo: Un mundo de beneficios. Seis razones por las cuales no se usan hormonas en la alimentación de los pollos. Entre otras: costos, dificultad para la administración y, la más importante, porque no son efectivas, resultan innecesarias e, incluso, contraproducentes”.

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Los pollos de hoy son de mayor tamaño por cambios en el proceso de crianza, cuya apuesta es, justamente, la inocuidad, un primer punto a considerar al hablar de pollo en general y sostenible en particular, según afirma, por su parte, Luis Rodolfo Álvarez, director de Pollos de Fenavi. Que el ave como alimento no cause ningún perjuicio al comensal; todo lo contrario, que le aporte beneficios. ¿Cómo asegurarse de eso al comprar? Para Álvarez, buscando una marca reconocida, lo cual garantiza que fue producido con los estándares exigidos por la ley. En su defecto, que el producto tenga trazabilidad y los respectivos certificados.

EL SECTOR AVÍCOLA ES EL SEGUNDO RENGLÓN DEL PIB AGROPECUARIO. GENERA MÁS DE 350 MIL EMPLEOS DIRECTOS.

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Rodrigo Arenas, de Pollos El Dorado, reitera la falsedad de la idea de las hormonas. “No es cierto, básicamente por costos y período de engorde de las aves. Además hoy hay compañías con programas de retiro de drogas en la alimentación, específicamente antibióticos, y con trabajos de sostenibilidad que impactan, tanto a sus colaboradores, como a la comunidad. El Dorado es pionero en retirar los antibióticos del esquema de alimentación de las aves, y es la primera compañía en Colombia certificada en bienestar animal por un ente internacional, además de obtener el sello de sostenibilidad avícola de Fenavi e Icontec”, afirma.

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Desde Fenavi la sostenibilidad es concebida como una política para la industria avícola, no para el pollo únicamente. Carlos Duque explica que son tres ejes transversales a toda la industria: el bienestar económico que genera, no solo para los avicultores, sino también para las regiones en las que están, al llevar empleo y desarrollo socioeconómico; el ambiental, que cubre la producción de pollo y de huevo, empezando por el cumplimiento de la normatividad y siguiendo con el uso eficiente de los recursos; y, finalmente, el tema social, tanto al interior de las empresas con empleo justo y formal, como hacia las comunidades que los albergan.

El reto es grande, pues, recuerda Rodrigo Arenas, “el pollo es la proteína más consumida en Colombia. Los últimos datos arrojan cifras de 35 kilos persona año, versus 13 kilos de carne de cerdo y 16 de res, lo que tiene que ver con el desembolso, al ser el pollo la proteína animal de menor precio en el mercado”. Un reto grande e imperativo, pues son muchos los colombianos involucrados, tanto en el proceso productivo, como en el consumo; las estadísticas reportan 75 millones de pollos encasetados al mes en el país, y su crianza respetuosa es innegociable en la sostenibilidad.

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“El bienestar animal resulta parte fundamental de la política de sostenibilidad, en lo cual Fenavi está alineado con el ICA. Acogemos todas las recomendaciones y criterios establecidos, que involucran asuntos como el cuidado de las aves, la calidad del agua, el alimento, control de enfermedades —sin antibióticos— y todos los aspectos sanitarios, entre otros”, explica Carlos Duque. Según la experiencia de Pollos El Dorado no resulta tan complicado si se trabaja alineado con un propósito de bienestar: “Siempre ha existido y existirá demanda por la proteína, lo importante es que las empresas consideren el beneficio de los clientes y suplan sus expectativas con un producto saludable y práctico; cumplir con las normas por la convicción de que vendemos productos para consumo humano y tenemos una gran responsabilidad”, concluye Rodrigo Arenas.

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