Siguen los robos de cables
Los espacios residenciales muy solos y las vías con mucho tráfico facilitan los hurtos de cables telefónicos de cobre en la comuna 14. La comunidad es la más perjudicada
Si usted vive o trabaja en El Poblado y de repente se le desconecta Internet y pierde un trabajo, contacto o no puede estudiar; si se queda sin teléfono, aislado e imposibilitado para atender pedidos en su empresa o negocio, o si queda desconectado de las noticias o el entretenimiento que ofrece la televisión, es muy probable que su sector haya sido visitado por los ladrones de cables de cobre.
Barrio Colombia, Villa Carlota, los alrededores de Monterrey y Altos de San Miguel son algunos de los sectores de El Poblado más afectados con este tipo de hurto, específicamente las líneas de acometida. Para apreciar la dimensión del problema, basta escoger fechas en forma aleatoria. Entre el 20 y el 23 de marzo ocurrieron ocho casos, y entre el 19 y el 28 de febrero hubo 11, todos en la comuna 14. Como la comunidad es la principal perjudicada con este ilícito de todos los días, el coordinador del equipo de Educación de UNE, Rubén Morales, insiste en la necesidad de estar alerta y denunciar comportamientos sospechosos a las líneas gratuitas 018000514170 o al 444 41 70. “Los ladrones de cables aprovechan las zonas comerciales, espacios residenciales con poca presencia de la comunidad y las vías de mayor tránsito, como las de El Poblado. Cuando nos reportan una situación sospechosa, nosotros tenemos línea directa con la policía y de inmediato les caen”.
Son varias las señas de que está ocurriendo un robo. Aunque los ladrones de cables e infraestructura de telecomunicaciones generalmente usan uniformes de UNE, los carros que utilizan suelen ser viejos y no hacen cerramientos en la vía, como los que acostumbra UNE para efectuar trabajos.
De acuerdo con Jenni Cuervo, de la Subdirección de Control de Fraudes de UNE, lo que más persiguen los delincuentes es el cobre, metal cada día más apetecido en China y Estados Unidos. Lo venden a chatarreros locales, quienes se encargan de comercializarlo y exportarlo. “De 15 o 20 metros de cable pueden sacar cerca de 400 kilos de cobre, y venderlo a 11.500 pesos cada uno”, informa. “Su comercialización ya ha trascendido las chatarrerías y hay una estructura organizada para su tráfico”.
El delito de roblo de cable no solo incomunica a la ciudadanía y genera pérdidas cuantiosas a las empresas de telecomunicaciones (solo a UNE, la afectación en 2011 ascendió a 7.500 millones de pesos). Rubén Morales enfatiza en que ocasiona una gran contaminación, pues para extraer el cobre del cable es preciso quemar el caucho que lo recubre. Los que roban en mayor cuantía están haciéndolo en zonas boscosas de las afueras de la ciudad y los recicladores o chatarreros que lo roban individualmente lo queman en áreas urbanas, como en los bajos de los puentes.
La recomendación es estar alerta y denunciar en forma oportuna.