Una experiencia para vivenciar el campo

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Regreso al campo es un recorrido para entender, de forma experiencial, cómo llegan los vegetales a nuestra mesa, cuáles son los retos de los productores en el día a día, y para reconocer la importancia de consumir orgánico.

Platform Medellín invitó a Vivir con Sazón a tener una experiencia inmersiva en el campo, en los terrenos de Siembra Viva. Una versión express de un proceso que, en la vida real, tarda meses.

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Era una mañana luminosa y yo, como desde que nací, abrí mis brazos al sol para llenarme de su energía y poder seguir echando raíces y creciendo cada vez más profundo. Me encanta estar acá al lado de mis hermanas zanahorias disfrutando de este suelo que nos acogió y que nos nutre cada día para que seamos más jugosas y crocantes. A nuestro alrededor hay otro montón de vegetales creciendo, y cada tanto, un grupo de humanos se pasa por acá, para sacar de la tierra la maleza que se quiere quedar con el sol para ella sola. Gracias a que ellos se llevan la maleza, nuestras hojas pueden crecer sanas para recibir la luz del sol y capturar dióxido de carbono de la atmósfera. Con ese CO2 nosotras generamos nuestro alimento y lo procesamos para liberar oxígeno para los humanos. Esta es una de las formas en las que les agradecemos por cuidarnos.

“Cada decisión de compra que hacemos contribuye a salvar o a destruir el planeta” es como lo resume Diego Benítez, CEO & Fundador de Siembra Viva.

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Mis hermanas y yo tuvimos la fortuna de crecer en este espacio llamado Siembra Viva. Dicen que acá tenemos 10 de las 40 hectáreas de suelo orgánico de todo Colombia. Te estarás preguntando por qué es tan importante eso del suelo orgánico y por qué nos sienta tan bien. Lo primero que debes saber es que este suelo está lleno de organismos que nos garantizan mejores condiciones alimenticias y que estos organismos pueden morir fácilmente cuando se usan técnicas tradicionales de la agricultura como el arado o la implementación de agroquímicos. En muestras de suelos convencionales se encuentran minerales, cristales y materia orgánica pero no vida. En suelos orgánicos hay todo un ecosistema formado por hongos, varios invertebrados, bacterias, lombrices de tierra entre otros seres vivos, que al interactuar entre ellos y con el suelo crean las condiciones para que la agricultura regenerativa pueda suceder.

Un ejemplo de un proceso trascendental de la agricultura regenerativa es la relación carbono-planta-suelo. El carbono cumple un ciclo por el cual se transforma para ser usado por los seres vivos como fuente de energía, y retornar luego al medio ambiente, donde puede ser reutilizado. Del carbono que capturamos las plantas, un porcentaje va a las raíces en donde se hace disponible para los hongos del suelo. Los hongos micorrícicos forman prolongaciones con nuestras raíces y aumentan la superficie de contacto con el suelo, por lo que nos ayudan a absorber agua y nutrientes y estimulan nuestro crecimiento. De este modo, los hongos hacen que nosotras, las plantas, extraigamos más CO2 de la atmósfera. Así lo explica, en un artículo en la web, la revista Investigación y Ciencia de la editorial española Prensa Científica S. A.

Como verán, el carbono en el suelo es mucho más útil que en la atmósfera, en donde contribuye, debido a su presencia excesiva, a que suceda eso que los humanos llaman calentamiento global. Por eso, los suelos orgánicos, llenos de hongos micorrícicos, que forman simbiosis con las raíces de las plantas contribuyendo de forma importante al secuestro de carbono atmosférico, no solo son buenos para nosotros los vegetales sino también para el planeta entero.

¡Me fui por las ramas!, sigo contándoles sobre mi día. Yo aún no lo sabía, pero por fin iba a poder cumplir mi propósito y seguir a otra etapa del ciclo de la vida. Me había estado preparando para esto, alimentándome muy bien y aprovechando al máximo el suelo de Siembra Viva para entregar mi vida a cambio de que la de otro ser vivo se pudiera prolongar. Unos humanos que no nos habían visitado nunca estaban rondándonos y observándonos con alegría. Yo esperaba con ansias ser elegida y así fue. Este era un humano muy especial, pidió permiso antes de meter sus manos en la tierra y amorosamente retirarme de ella y dio las gracias por poder llevarme a su cesta. Pronto yo haría parte de una deliciosa y cuidadosa preparación y me fundiría con este humano para prolongar en otra forma, mi existencia. Fue el día más feliz de mi vida.

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Tour “Regreso al campo”

Regreso al campo es un recorrido para entender, de forma experiencial, cómo llegan los vegetales a nuestra mesa, cuáles son los retos de los productores en el día a día, y para reconocer la importancia de consumir orgánico debido al daño que le hacen al planeta los métodos tradicionales de agricultura: “Cada decisión de compra que hacemos contribuye a salvar o a destruir el planeta” es como lo resume Diego Benítez, CEO & Fundador de Siembra Viva.

El tour comenzó en la biofábrica. Allí, los participantes tuvimos la posibilidad de plantar nuestras propias semillas para llevar a casa y trasplantar una plántula, usando una parte de suelo orgánico, obtenido a través de un proceso de compostaje desarrollado ahí mismo en la “ciudadela”. ¿Cómo se hace correctamente el compostaje en casa? Es otra de las preguntas que responde Diego durante el recorrido.

El siguiente paso es el cultivo. Allí, caminamos entre camas de brócoli, calabacín, espinaca, kale, zanahoria, entre otros, y fuimos haciendo paradas para cosechar, con nuestras propias manos, varios productos. Mientras tanto, Diego nos explicaba procesos como el manoteo, por el que se retira manualmente la maleza y nos explicaba también cómo las camas (espacios bien delimitados, rellenos de un sustrato orgánico, donde se hacen las plantaciones) de la “ciudadela” nunca se tocan, se voltean o se pisan, buscando proteger a los organismos vivos del suelo.

La siguiente actividad fue una cata de vegetales. El reto era diferenciar cuáles de los productos a evaluar eran producción orgánica de Siembra Viva y cuáles fueron adquiridos en un almacén de cadena. Las propiedades organolépticas nos dieron las pistas para elegir. Una vez todos votamos, se develó la verdad y analizamos las sensaciones. 

El broche de oro fue un almuerzo liviano elaborado por las manos de la chef Catherine Pinot de Sucréz Saléz, que hizo una deliciosa preparación con productos orgánicos de Siembra Viva.

Sobre el tour, Yuliana Ruíz y Yurani Ospina, de Turismo Vacacional del Greater Medellin Convention & Visitors Bureau, comentaron que lo ven como una experiencia llamativa, al alejarse de la tradición que relaciona a Santa Elena con los silleteros. Le ven un amplio potencial para locales y extranjeros, para los que actividades de cultivo y cosecha no sean familiares. El recorrido se puede clasificar como turismo educativo, en cuanto invita a una toma de conciencia sobre el cuidado del planeta y los procesos que conllevan lo que consumimos; de naturaleza, al permitir conectar con la tierra y al desarrollarse al aire libre, lo que, además, es muy conveniente para estos tiempos post pandemia y, turismo comunitario, sobre todo al incluir en el tour productos de otros emprendimientos locales.

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¿Qué es Siembra Viva?

Siembra Viva tiene 8 años de existencia y empezó por un cuestionamiento de Diego Benítez, acerca de la elevada diferencia de precios que paga, muchas veces aún, el consumidor final en los almacenes de cadena con relación al valor por el que vende el producto el campesino. Diego quería reducir esa brecha, y para ello creó una plataforma en la que era posible comprarle directamente al productor usando la metodología de subasta inversa.

Así fue, hasta que concluyeron que el problema no eran los intermediarios. Estos, al contrario de la hipótesis inicial, eran muy importantes en el proceso de hacer llegar el producto del campo al consumidor final. Según cuenta Diego, descubrieron que lo importante era darle las competencias necesarias al pequeño agricultor para que no se requiriera tanta intermediación y pudiera ser más competente. Según él, uno de los principales problemas son las falencias en educación para el campesino.

Un momento eureka para Siembra Viva fue cuando, en un día normal de trabajo, Diego le ofreció una de las fresas que estaban cosechando al nieto de uno de los campesinos, y éste, alarmado, mientras impedía que el niño se la comiera, le confesó a Diego que ellos no consumían las frutas y vegetales que producían masivamente debido a los venenos que usaban para proteger a los cultivos de las plagas. “¿Qué comen ustedes, entonces?”, preguntó Diego. El campesino le habló del “pan coger”; una huerta aparte que, gracias a tener diversidad de productos en un espacio pequeño, es menos vulnerable a plagas y, a su vez, no requiere de los venenos que se usan en monocultivos de producción en masa. Las frutas y vegetales del “pan coger” se volvieron, desde entonces, el producto que se comercializaba en la plataforma de Siembra Viva.

El problema ahora era satisfacer la demanda, poder crecer sin tener que volver al monocultivo. Este nuevo reto dio origen al concepto de “ciudadela” que es lo que pueden apreciar hoy los visitantes de Siembra Viva en Santa Elena. Este formato tiene unas estaciones de trabajo en las que se llevan a cabo procesos específicos que garantizan, entre otras cosas, que la agricultura que se desarrolla sea regenerativa, tal y como lo hacían, desde tiempos inmemorables, comunidades indígenas como los Muiscas.


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