Si las telas hablaran
Gildardo Tobón, el responsable del envejecimiento y caracterización del vestuario de la trilogía de Los Piratas del Caribe, relata sus experiencias en el mundo del séptimo arte.
Talento, dedicación, entrega y la fortuna de haber conocido a las personas adecuadas en los momentos apropiados, han hecho de Gildardo Tobón uno de los jefes de envejecimiento de vestuario más respetados de Hollywood. En los años ochenta arribó a New York, allí empezó a hacer teatro, arte que lo llevó a descubrir el oficio del maquillaje. En Los Ángeles, en donde reside desde 1986, estudió esa profesión, la cual pronto comenzó a ejercer en el cine, debutando en Hook, adaptación del director Steven Spielberg de la obra Peter Pan del escritor escocés James Barrie. Cansado de las limitaciones y de los tiempos muertos característicos del ejercicio del maquillaje cinematográfico, decidió estudiar diseño de modas, profesión que le permitió introducirse y hacerse un nombre como ager- dyer (especialista en envejecimiento de vestuario), labor que ejerce exitosamente desde hace once años.
¿Qué papel juega exactamente el “especialista en envejecimiento de vestuario” en los grandes largometrajes?
Nuestra labor es, de acuerdo con el guión, la escenografía, el contexto en que se desarrolla la historia y otros aspectos técnicos, caracterizar y realizar modificaciones al vestuario de todos los personajes que hacen parte de una película. Esto incluye cambios de todo de tipo, no solo en las telas sino también en la paleta de colores de las prendas y accesorios. Usted ha trabajado con grandes estrellas como Johnny Depp o Robin Williams.
¿Qué interacción suele existir entre usted y los actores durante la realización de una película?
Mi relación con los actores y actrices se inicia cuando se miden los trajes por primera vez, pues yo soy el encargado de ver cómo funcionan las combinaciones de colores. También existe un intercambio con ellos en el primer día de filmación de cada escena, en donde mi presencia es necesaria para dirigir y llevar a cabo posibles retoques de última ahora.
El intercambio con ellos es simple y amable, pero siempre guardando las distancias, pues muchos de ellos tienen actitudes particulares, como que no les gusta que los miren a los ojos o que les hablen de una forma muy directa, o están tan ensimismados en sus personajes, que se vuelven un poco ausentes.
¿Cuál es el suceso más divertido que le ha ocurrido en el ejercicio de su labor como jefe de envejecimiento de vestuario?
En mi profesión es muy importante callar esos asuntos; pues para que una anécdota sea divertida debe haber cierto grado de crueldad. Los actores son vistos como mitos por muchas personas, por eso pienso que volverlos muy reales tal vez no sea lo más conveniente (risas).¿Cuál es la película de la que siente más orgulloso de haber participado?
Creo que Los Piratas del Caribe, la trilogía completa, porque fueron unos largometrajes en que los retos fueron muchos y los resultados fueron increíbles. También porque me posibilitaron trabajar por primera vez y conocer a la diseñadora Penny Rose, con quien he trabajado en equipo desde entonces en otras películas como la comedia Wild Hogs.
Lágrimas del Sol, es otro importante filme del que hizo parte.
¿Qué recuerda de ese filme en particular?
Lágrimas del Sol fue grabada en Hawai; fue una película muy interesante porque no había un libreto definido. Disfruté muchísimo en esa filmación, pues estábamos en un valle selvático, en el que cuando llovía se formaban unas cascadas espectaculares. Aunque la historia original en que está basada la película era muy linda, al final en la sala de edición tomó otro rumbo que me decepcionó un poco.
¿Qué proyectos inmediatos tiene Gildardo Tobón?
El primero de mayo me voy para Marrakech, Marruecos, a trabajar en el vestuario de El Príncipe de Persia, película basada en un videojuego muy famoso. Allí estaré entre seis y siete meses, aunque durante ese tiempo estaré un mes en Londres para estar presente en la filmación de las escenas de interiores. Es un proyecto que me entusiasma muchísimo pues me brinda la oportunidad de hacer unas de las cosas que más disfruto: viajar.
¿Qué diferencia su trabajo del de otros agers/dyers de Hollywood?
La naturalidad. Muchos de mis colegas optan por recargar el vestuario, pero yo siempre he pensado que una de las claves en este oficio es que los cambios realizados a las prendas o accesorios de los personajes deben ser poco evidentes, “invisibles”.